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LA CAÍDA DEL CABELLO
LAIMPORTANCIADELA DIETA
Seguir una dieta adecuada es fundamental para
reforzar el cabello y detener su caída. Esta debería incluir: • Vitaminas. La B6 y la E (hígado, pollo, pescado, plátanos, grano integral, nueces, espinacas, brócoli, y la gran mayoría de frutas y verduras) garantizan que los folículos
pilosos reciban el oxígeno adecuado. La vitamina C (frutas cítricas, pimientos rojos, mango,
kiwi) es esencial para la producción de colágeno, y la biotina (hígado de ternera, huevos, pescado azul, tomates) estimula el crecimiento del cabello y detiene su caída.
• Sales minerales. El hierro (carnes rojas, mariscos, frutos secos, verduras de hoja verde), el cobre (nueces, avellanas, cacao, legumbres) y el zinc (espárragos, garbanzos, berenjenas, plátanos) también son esenciales.
COMPLEMENTOS ALIMENTICIOS
Los complementos alimenticios nos ayudan a suplementar la dieta y asegurarnos de que nuestro cabello obtiene todo los nutrientes que necesita en este período
tan delicado, haciendo que crezca fuerte y sano, y frenando su caída.
• En concreto, el uso diario de cápsulas anticaída es de gran utilidad,
pues aportan todos los micronutrientes (vitaminas, aminoácidos, minerales), cuyo déficit está asociado a la caída del cabello.
Gracias, sobre todo, a su contenido en vitaminas del grupo B,
estos productos estimulan el crecimiento del cabello, aumentando
la regeneración y mejorando su resistencia, al tiempo que fortalecen el bulbo piloso. Por su parte, la vitamina E
presente en este tipo de productos también evita la oxidación del cabello.
RELAX, UN VALIOSO ALIADO
• El estrés es otro de los factores que más suelen contribuir al empeoramiento del problema: desde el
estrés típico del posparto a los episodios depresivos que, en ocasiones, también tienen lugar en este
período.
• Tener un bebé comporta muchísimas dudas
e inquietudes para los papás y las mamás recientes:
la consolidación del vínculo entre la mamá
y el recién nacido, el inicio de la lactancia, los cambios de pañal, el nuevo ritmo sueño-vigilia y la “tormenta” hormonal de la reciente mamá, inmersa
en un nuevo papel, pueden resultar, sobre todo al principio, especialmente abrumadores.

