Page 26 - Boletín Noviembre 2023

Anna Irwin Young
November 25, 1873 - September 3, 1920
La profesora Anna Irwin Young nació en el área metropolitana de Pittsburgh, Pensilvania, el 25 de noviembre de 1873. Su padre, el reverendo Samuel Young, originario de Irlanda, era en ese momento pastor de la iglesia de Sandusky Street en Allegheny, al otro lado de Allegheny. Río de Pittsburgh. A mediados de la década de 1890, el Sr. Young se mudó con su familia a Atlanta, donde vivió el resto de su vida.
Durante dos años a partir de 1893, Anna Young fue estudiante en el Instituto Agnes Scott, y aparentemente completó su trabajo en 1895. En
1898 fue nombrada miembro del Departamento de Matemáticas, llegando a ser Profesora de Matemáticas, cargo que ocupó hasta su muerte en 1920. También se desempeñó como bibliotecaria de 1898 a 1902. Cuando Agnes Scott se convirtió en universidad en 1905-1906, continuó en la facultad de la universidad; sin embargo, sintiendo que debía tener un título, tomó los cursos requeridos y recibió su B.A. Licenciada en 1910, aunque mientras realizaba este trabajo fue al mismo tiempo profesora de Matemáticas. La profesora Young tomó una licencia en 1913-1914, tiempo durante el cual recibió su maestría en la Universidad de Columbia. [En 1916 se convirtió en miembro fundador de la Asociación Matemática de América.] Murió inesperadamente de neumonía el 3 de septiembre de 1920, mientras visitaba a unos familiares en Pittsburgh.
Según todas las pruebas disponibles, la profesora Anna I. Young debe haber sido una de las profesoras más eficaces y más queridas que jamás haya enseñado en Agnes Scott. Poco después de su muerte, se publicó un pequeño folleto titulado simplemente “La señorita Anna”. Este folleto habla de su excelencia como docente, de su preocupación por el buen desempeño de sus alumnos y de su comprensión de sus dificultades. Un relato es el de una estudiante de último año que suspendió repetidamente trigonometría “hasta que llegó el día en que tenía el último examen que podía hacer. Había estudiado tanto y estaba tan asustada que, ante el resplandor del aula y bajo el sonido se lossssss latidos de su propio corazón, olvidó todo lo que sabía y no intentó resolver algunos de los problemas. Esa noche la llamaron y fue a la habitación de la señorita Young. “Ahora”, dijo la señorita Young con dulzura y firmeza, “ Sé que lo sabes y sé que puedes solucionar estos problemas. Siéntate en esa silla y solucionalos. Y allí, en silencio, los trabajó. Y así... falleció”.
Referencias:
https://mathwomen.agnesscott.org/women/lehmer.htm https://mathwomen.agnesscott.org/women/roitman.htm https://mathwomen.agnesscott.org/women/ayoung.htm
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