Page 25 - Cómo aprendimos a volar (II Edición)
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Yo había visto muchos mal- tratos en mi comunidad, mi papá también había sufrido
en ese ambiente y repitió esos maltratos a su familia. Los hom- bres borrachos siempre pelea- ban y eso me daba bastante miedo desde mi infancia. Yo era muy tímida y casi no hablaba, era muy introvertida, aunque mantenía mis obje-
tivos en mi mente de poder cambiar mi vida y ayudar a la sociedad en general.
Cuando fui mayor,
salí de mi casa esca-
pando y estaba muy
contenta de que por
fin podía decidir lo
que yo quería hacer con mi vida y de ya no vivir esos maltratos. Yo pensaba que como niña que siempre había sufrido, no quería que otras personas sufran vio- lencia. Mi papá era bien bravo, decía que, si nos íbamos de la casa, donde sea nos iba a encon- trar y a maltratar.
Yo siempre he sido perse- verante, cuando he querido algo, he luchado y he logrado
conseguir. Cuando me fui de mi casa, calladita me fui a trabajar, trabajé como empleada domés- tica, y encontré otro ambiente, otro trato. Trabajaba para una pareja que nunca discutía. A lo mejor discutían en su cuarto, pero nunca delante de mí. Era un trato diferente, me sentí con- tenta. Cuando regresaba a mi
casa y había otra vez maltratos o palabras vulgares, yo no escu- chaba. Me enojaba y les decía que no con- versen de esa forma porque era feo.
Luego, cuando decidí estudiar y pre- pararme, me dije
“me voy a superar para ayudar a otras personas para que no exista ese tipo de maltratos”. Cuando entré a estudiar todavía me daban miedo los profeso- res, porque cuando yo estudiaba en primer grado una profesora maltrataba demasiado cuando una no podía leer; en mi incons- ciente estaban esos recuerdos grabados. Tomaba medicina para los nervios, pero no me
“Me dije <<me voy a superar para ayudar a otras personas para que no exista este tipo de maltratos>>”
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