Page 1244 - Biblia el Unico Dios
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6 Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: “¿Por qué están aquí todo el día parados?”
7 Le dijeron: “Es que nadie nos ha contratado.” El les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar a mi viña.”
8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: “Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.”
9 Vinieron, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno.
10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.
11 Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario,
12 diciendo: “Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.”
13 Pero él contestó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario?
14 Toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
16 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»
Nuevamente Jesús anuncia su muerte
(Mr.10.32-34; Lc.18.31-34)
17 Jesús, yendo ya de camino a Jerusalén, llamó aparte a sus doce discípulos y les dijo:
18 «Como ustedes ven, ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo de Dios será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte
19 y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y para colgarle en el madero, y al tercer día resucitará.
Petición de Santiago y de Juan
(Mr.10.35-45)
20 La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos, se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor.
21 Jesús le dijo: «¿Qué quieres?» ella le dijo: Manda que en tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Entonces Jesús respondiendo dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo voy a beber?» y ellos dijeron: «Sí, podemos.»
23 El les dijo: «Mi copa, sí la beberán; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.
24 Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
25 Mas Jesús los llamó y les dijo: Como ustedes saben que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder.
26 No ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás,
27 y el que quiera ser el primero entre ustedes, deberá ser su esclavo;