Page 1253 - Biblia el Unico Dios
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33 Así también ustedes, cuando vean todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
34 Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
37 «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo de Dios.
38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca,
39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo de Dios.
40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;
41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, y la otra será dejada.
42 «Velen porque no saben qué día vendrá su Señor.
43 Entiendan bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.
44 Por eso, también ustedes estén preparados, porque en el momento que no piensen, vendrá el Hijo de Dios.
45 «¿Quién es el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
46 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
47 Yo les aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
48 Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: “Mi señor tarda”,
49 y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,
50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,
51 le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Mateo 25
Parábola de las diez vírgenes
1 «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.
2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes.
3 Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite;
4 las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las vasijas. 5 Como el novio tardara, cabecearon todas y se durmieron.
6 Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro!”
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.
8 Y las necias dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite, que nuestras lámparas se apagan.”