Page 1359 - Biblia el Unico Dios
P. 1359

 25 Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, Cuando venga, nos lo explicará todo.»
26 Jesús le dijo: Ése soy yo, el mismo que habla contigo.
27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué preguntas?» o «¿Qué hablas con ella?»
28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
29 «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?
30 Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús.
31 Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabí, come.»
32 Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no saben.»
33 Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?» 34 Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.
35 ¿No dicen ustedes: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo les digo: Alcen sus ojos y vean los campos, que blanquean ya para la siega.
36 el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.
37 Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador:
38 yo los he enviado a segar donde ustedes no se han fatigado. Otros se fatigaron y ustedes se aprovechan de su fatiga.»
39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en Jesús por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»
40 Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días.
41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras,
42 y decían a la mujer: «Ya no creemos solamente por tus palabras; porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Jesús sana al hijo de un noble
43 Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.
44 Porque Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su tierra.
45 Cuando llegó, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, también ellos habían ido a la fiesta.
46 Volvió a Cana de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.
47 Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde Jesús y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir.
48 Entonces Jesús le dijo: «Si no ven señales y prodigios, no creen.»
49 Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»










































































   1357   1358   1359   1360   1361