Page 1424 - Biblia el Unico Dios
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 40 por su parte Pablo eligió por compañero a Silas y partió, encomendado por los hermanos a la gracia de Dios.
41 Recorrió Siria y Cilicia consolidando las Iglesias.»
Hechos 16
Timoteo acompaña a Pablo y Silas
1 Llegó también a Derbe y Listra. Había allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y de padre griego.
2 Los hermanos de Listra e Iconio daban de él un buen testimonio.
3 Pablo quiso que se viniera con él. Le tomó y le circuncidó a causa de los judíos que había por aquellos lugares, todos sabían que su padre era griego.
4 En todos los pueblos por donde pasaban, comunicaron a los hermanos las instrucciones dadas por los apóstoles y los ancianos de la iglesia de Jerusalén.
5 Así que las iglesias se afirmaban en la fe, y el número de creyentes aumentaba cada día.
La visión del varón Macedonio
6 Atravesaron Frigia y la región de Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido predicar la Palabra en Asia.
7 Estando ya cerca de Misia, intentaron dirigirse a Bitinia, pero no se lo consintió el Espíritu de Jesús.
8 Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.
9 Por la noche Pablo tuvo una visión: Un varón macedonio estaba de pie suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos.»
10 En cuanto tuvo la visión, inmediatamente intentamos pasar a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciar allí la buena noticia.
Encarcelados en filipos
11 Nos embarcamos en Troas y fuimos derechos a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis;
12 de allí pasamos a Filipos, que es una de las principales ciudades de la demarcación de Macedonia, y colonia romana. En esta ciudad nos detuvimos algunos días.
13 El sábado salimos a las afueras de la ciudad, junto al río, donde pensamos que había un lugar de oración de los judíos. Nos sentamos y hablamos del evangelio a las mujeres que se habían reunido.
14 Una de ellas, llamada Lidia, vendedora de púrpura, natural de la ciudad de Tiatira, y que adoraba a Dios, nos escuchaba. El Señor Jesús le abrió el corazón para que se adhiriese a las palabras de Pablo.
15 Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplicó: «Si juzgan que soy fiel al Señor Jesús, vengan y quédense en mi casa.» Y nos insistió mucho. 16 Sucedió una vez, cuando íbamos al lugar de oración, que encontramos a una muchacha poseída por un espíritu de adivinación. Era una esclava que, adivinando, daba a ganar mucho dinero a sus amos.














































































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