Page 1600 - Biblia el Unico Dios
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 17 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedra blanca, y grabado en la piedra blanca, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe.
El mensaje a Tiatira
18 Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso.
19 Conozco tu conducta: tu caridad, tu fe, tu espíritu de servicio, tu paciencia; tus obras últimas sobrepujan a las primeras.
20 Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos.
21 Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
22 Mira, a ella voy a arrojarla al lecho del dolor, y a los que adulteran con ella, a una gran tribulación, si no se arrepienten de sus obras.
23 Y a sus hijos, los voy a herir de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que escudriña la mente y los corazones, y yo les daré a cada uno según sus obras.
24 Pero a ustedes, a los demás de Tiatira, que no comparten esa doctrina, que no conocen «las profundidades de Satanás», como ellos dicen, les digo: No les impongo ninguna otra carga;
25 sólo que mantengan firmemente hasta mi vuelta lo que ya tienen.
26 Al vencedor, al que se mantenga fiel a mis obras hasta el fin, le daré poder sobre las naciones:
27 las regirá con cetro de hierro, como se quebrantan las piezas de barro.
28 Yo también lo he recibido de mi Padre. Y le daré el Lucero de la mañana. 29 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
Apocalipsis 3
El mensaje a Sardis
1 Al Ángel de la Iglesia de Sardis escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Yo sé todo lo que haces, y sé que estás muerto aunque tienes fama de estar vivo.
2 Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Porque no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios.
3 Acuérdate, por tanto, de cómo recibieron y oyeron mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
4 Tienes no obstante en Sardis unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen.
5 El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Ángeles.















































































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