Page 743 - Biblia el Unico Dios
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8 Se pone al acecho, por las aldeas, y a escondidas mata al inocente. No pierde de vista al indefenso:
9 al acecho escondido como león en su guarida, al acecho para atrapar al desdichado, atrapa al desdichado arrastrándole en su red.
10 Espía, se agazapa, se encoge, el desvalido cae en su poder;
11 dice en su corazón: «Dios se ha olvidado, tiene tapado el rostro, no ha de ver jamás.»
12 ¡Levántate, Señor (יהוה), alza tu mano, oh Dios! ¡No te olvides de los desdichados!
13 ¿Por qué el impío menosprecia a Dios, dice en su corazón: «No vendrás a indagar?»
14 Lo has visto ya, que la pena y la tristeza las miras tú para tomarlas en tu mano: el desvalido se abandona a ti, tú socorres al huérfano.
15 ¡Quiebra el brazo del impío, del malvado; indaga su impiedad sin dejar rastro! 16 ¡ El Señor (יהוה) es rey por siempre, por los siglos; los gentiles han sido barridos de su tierra!
17 Señor, tú escuchas la oración de los humildes, tú los animas y los atiendes.
18 Haz justicia al huérfano y al oprimido: ¡que el hombre, hecho de tierra,
no vuelva a sembrar el terror!
Salmo 11
El refugio del justo
Al músico principal. Salmo de David.
1 Yo busco mi refugio en el Señor (יהוה). Es por demás que me digan:
«Huye a los montes, como las aves.
2 Fíjate en los malvados: ponen la flecha en la cuerda, tensan el arco y, desde un lugar escondido, disparan contra los hombres honrados.
3 Y cuando las bases mismas se vienen abajo, ¿qué puede hacer el hombre honrado?»
4 El Señor está en su santo templo. El Señor tiene su trono en el cielo, y con ojos bien abiertos vigila atentamente a los hombres.
5 El Señor (יהוה) examina tanto a los justos como a los malvados y aborrece a los que aman la violencia.
6 ¡Llueva sobre los impíos brasas y azufre, y un viento abrasador por porción de su copa!
7 El Señor (יהוה) es justo y ama lo que es justo; ¡por eso lo verán cara a cara los sinceros!
Salmo 12
Oración pidiendo ayuda contra los malos
Al músico principal; sobre Seminit. Salmo de David.
2¡Salva, Señor (יהוה), porque ya no hay creyentes fieles; ya no hay hombres sinceros.