Page 765 - Biblia el Unico Dios
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2 Tú el Dios de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen, y me conduzcan a tu monte santo, donde tus Moradas.
4 Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa,
tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría.
5 ¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!
Salmo 44
Liberaciones pasadas y pruebas presentes
Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema.
1 Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos, nos lo contaron nuestros padres, la obra que tú hiciste en sus días, en los días antiguos,
2 con tu propia mano echaste fuera a los paganos, castigaste a las naciones
y estableciste allí a nuestros padres.
3 No por su espada conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, sino que ¡Fue tu poder y tu fuerza!, y la luz de tu rostro, porque los amabas.
4 Tú sólo, oh Rey mío, Dios mío, decidías las victorias de Jacob;
5 por ti nosotros hundíamos a nuestros adversarios, por tu nombre pisábamos a nuestros agresores.
6 No estaba en mi arco mi confianza, ni mi espada me hizo vencedor;
7 que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de vergüenza a nuestros enemigos;
8 en Dios todo el día nos gloriábamos, celebrando tu nombre sin cesar.
= Pausa. =
9 Y con todo, nos has rechazado y confundido, no sales ya con nuestras tropas, 10 nos haces dar la espalda al adversario, nuestros enemigos saquean a placer. 11 Como ovejas de matadero nos entregas, y en medio de los pueblos nos has
desperdigado;
12 vendes tu pueblo sin ventaja, y nada sacas de su precio.
13 De nuestros vecinos nos haces la burla y escarnio de nuestros circundantes; 14 proverbio nos haces entre las naciones, meneo de cabeza entre los pueblos. 15 Todo el día mi vergüenza está ante mí, la confusión cubre mi semblante,
16 bajo los gritos de insulto y de blasfemia, ante la faz del odio y la venganza. 17 Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, sin haber traicionado tu alianza. 18 ¡No habían vuelto atrás nuestros corazones, ni habían dejado nuestros pasos
tu sendero,
19 para que tú nos aplastaras en morada de chacales, y nos cubrieras con la
sombra de la muerte!
20 Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Dios o alzado nuestras manos
hacia un dios extranjero,
21 ¿no se habría dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los secretos?
22 Pero por ti se nos mata cada día, como ovejas de matadero se nos trata.