Page 772 - Biblia el Unico Dios
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Salmo 55
Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros
Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De David.
1 Escucha, oh Dios, mi oración, no te retraigas a mi súplica,
2 Está atento, respóndeme, en mi queja me conmuevo. Gimo
3 ante la voz del enemigo, bajo la opresión del impío; porque vierten sobre mí
falsedades y con saña me hostigan.
4 Se me estremece dentro el corazón, me asaltan pavores de muerte; 5 miedo y temblor me invaden, un escalofrío me ha cubierto.
6 Y digo: ¡Quién me diera alas como a la paloma para volar y reposar!
7 Huiría entonces lejos, en el desierto moraría.
8 En seguida encontraría un asilo contra el viento furioso y la tormenta.
= Pausa. =
9 ¡Destrúyelos oh, Señor, enreda sus lenguas!, porque veo discordia y altercado en la ciudad;
10 rondan día y noche por sus murallas. Y dentro de ella falsedad y malicia,
11 Maldad dentro de ella hay, jamás se ausentan de sus plazas la tiranía y el engaño.
12 Si todavía un enemigo me ultrajara, podría soportarlo; si el que me odia se alzara contra mí, me escondería de él.
13 ¡Pero tú, un hombre de mi rango, mi compañero, mi íntimo amigo,
14 con quien me reunía en el templo de Dios para conversar amigablemente, con quien caminaba entre la multitud!
15 ¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que caigan vivos en el sepulcro,
 porque la maldad está en su corazón!
16 Yo, en cambio, a Dios invoco, y el Señor (יהוה) me salva.
17 A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye mi clamor.
18 En las batallas me librará; me salvará la vida, aunque sean muchos mis adversarios.
19 Dios escucha y los humilla, él, que reina desde siempre. Pero ellos sin respeto, y sin temor de Dios.
20 Cada uno extiende su mano contra sus aliados, viola su alianza;
21 más blanda que la crema es su boca, pero su corazón es sólo guerra; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas.
22 Deja tus preocupaciones al Señor (יהוה), y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece.
23 Y tú, oh Dios, los hundirás en el pozo de la fosa, a los hombres de sangre y de fraude, sin alcanzar la mitad de sus días. Mas yo confío en ti.
Salmo 56
Oración de confianza
Del maestro de coro. Según: «La opresión de los príncipes lejanos». De David. A media voz. Cuando los filisteos se apoderaron de él en Gat.





































































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