Page 877 - Biblia el Unico Dios
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3 El necio, en todo lo que hace, muestra la pobreza de sus ideas, aun cuando vaya diciendo que los necios son los demás.
4 Si el que gobierna se enoja contigo, no pierdas la cabeza; el remedio para los grandes errores es tomar las cosas con calma.
5 Otra calamidad he visto bajo el sol, como error que emana de la autoridad: 6 La necedad elevada a grandes dignidades, mientras ricos se sentaban abajo. 7 He visto siervos a caballo, y príncipes que iban a pie, como los siervos.
8 El que cava el hoyo cae en él, y al que atraviesa el seto le muerde la culebra. 9 El que saca piedras se lastima con ellas, el que raja maderos puede hacerse daño.
10 Si el hacha se desafila y no se le vuelve a afilar, habrá que golpear con más fuerza. Vale más hacer las cosas bien y con sabiduría.
11 Si muerde culebra por falta de encantamiento no hay ganancia para el encantador.
12 Las palabras del sabio le atraen simpatías, pero las del necio son su propia ruina:
13 comienza diciendo puras tonterías, y acaba diciendo las peores estupideces. 14 ¡Al necio no le faltan las palabras! ¿Quién puede decir lo que ha de suceder,
si nadie sabe nada del futuro?
15 Lo que más molesta al necio es que no sabe ir a la ciudad.
16 ¡Ay de ti, tierra, cuyo rey es un chiquillo, y cuyos príncipes comen de mañana!
17 ¡Dichoso el país que tiene un rey honorable, y en el que los gobernantes
comen a la hora debida, para reponer sus fuerzas y no para emborracharse!
18 Por estar mano sobre mano se desploma la viga, y por brazos caídos la casa se viene abajo.
19 El pan es para disfrutarlo, y el vino para gozar de la vida; y el dinero todo lo allana.
20 No critiques al rey ni siquiera con el pensamiento. No hables mal del rico, aunque estés a solas, porque las aves vuelan y pueden ir a contárselo.
Eclesiastés 11
1 Echa tu pan al agua, que al cabo de mucho tiempo lo encontrarás.
2 Reparte con siete, y también con ocho, que no sabes qué mal puede venir sobre la tierra.
3 Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda.
4 El que vigila el viento no siembra, el que mira a las nubes no siega.
5 Como no sabes cómo viene el espíritu a los huesos en el vientre de la mujer encinta, así tampoco sabes la obra de Dios que todo lo hace.
6 De madrugada siembra tu simiente y a la tarde no des paz a tu mano. Porque no sabes si es menor esto o lo otro o si ambas cosas son igual de buenas.
7 Dulce es la luz y bueno para los ojos ver el sol.