Page 2 - PERIODICO 24 HORAS EN MOVIMIENTO DIGITAL 25-11-2025
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25 de noviembre: la urgencia
que Bolivia aún no asume
n Bolivia, cada 25 de noviembre vuelve a ceso largo y doloroso. Antes del crimen hubo señales,
surgir una verdad incómoda: la violencia hubo pedidos de ayuda, hubo oportunidades de intervenir.
contra las mujeres sigue siendo uno de nues- Y demasiadas veces, esas oportunidades se desperdicia-
tros grandes fracasos como sociedad. No es ron. No por falta de normativa —tenemos una de las leyes
Eun problema marginal ni coyuntural; es una más avanzadas de la región—, sino por la incapacidad de
epidemia que atraviesa clases sociales, regiones y edades, implementarla con rigor y continuidad. La prevención no
y que se sostiene en un tejido institucional débil, lento y es un acto simbólico ni una campaña efímera: es un en-
en demasiados casos indiferente. Las cifras de feminici- tramado que debe sostenerse todos los días.
dios, agresiones y desapariciones hablan solas, y hablan
fuerte. Lo que no habla —o lo hace apenas en murmu- Hoy, 25 de noviembre, no basta con recordar a las
llos— es la respuesta del Estado en su conjunto. víctimas ni con prometer nuevamente lo que ya se ha
prometido tantas veces. Es necesario revisar a fondo
EDITORIAL Durante años, las autoridades nacionales, departamen- la responsabilidad institucional de cada nivel del
Redacción Central / tales y municipales han insistido en que la falta de presu- Estado. Exigir resultados, medir desempeño, co-
El País de Tarija puesto es la principal traba. Pero esa explicación, aun rregir fallas, cerrar espacios donde la ineptitud se
siendo parcialmente cierta, no alcanza. No explica por qué normaliza. El país ya no puede permitirse ope-
hay SLIMs cerrados por fines de semana, por qué muchas radores indiferentes ni autoridades que se refu-
fiscalías especializadas responden con lentitud exaspe- gian en excusas.
La lucha contra la violen- rante, o por qué los juzgados siguen siendo más celosos
cia de género no se gana del trámite que de la protección. No justifica, tampoco, La violencia de género sigue siendo un
solo con más presupuesto, que tantas denuncias terminen archivadas por cansancio desafío colosal, pero no insoluble. Bolivia
sino con instituciones que de las víctimas, ni que las medidas de protección se firmen ha demostrado que puede transformar re-
tarde, mal o nunca.
alidades cuando se impone metas colec-
funcionen, operadores que tivas. Para lograrlo aquí, necesitamos
cumplan su deber y autori- Bolivia llega al 25 de noviembre sin haber roto el ciclo menos actos y más acción, menos
dades que entiendan que la de violencia que mata, hiere y empobrece a miles de mu- culpa difusa y más responsabilidad
jeres cada año
concreta. Porque la vida de miles de
desidia también mata La violencia de género no se combate con discursos mujeres depende, literalmente, de
en actos protocolarios, sino con un sistema que funcione que las instituciones hagan por fin
de forma cotidiana, sin depender del heroísmo aislado de lo que les corresponde.
algunas funcionarias y policías comprometidas. Exige
operadores capacitados, mecanismos de control real, san-
ciones a quienes omiten su deber y, sobre todo, voluntad
política para que la ley sea más que un documento enmar-
cado. La desidia es también una forma de violencia: una
que se ejerce desde el Estado cuando el aparato no actúa
o lo hace con negligencia.
Cada feminicidio en Bolivia es el extremo de un pro-
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