Page 25 - La Vida en el Sagrado Corazón
P. 25

 Persiguiendo sin prisa,
con su paso seguro,
con tranquilo avanzar y augusta urgencia,
en pos de mi los pies seguian
y escuchose una Voz mas recia que los pasos:
"NO QUIERES COBIJARME. . . Y NADA TE COBIJA'
Ya no sofie encontrar lo que andaba buscando en el rostro del hombre o la doncelia. . .
Pero. . acaso los ojos de los ninos
una respuesta guardan . . .
Elios, ellos siquiera, han de serme leales...!
Y, muy ansiosamente, me dirigf hacio ellos.
Pero, cuondo sus ojos tiernos ya embellecian albores de respuestas,
cogidos del cabello, me los quitaba un angel...
"Venid pues — dije entonces— vosotros, los nacidos de Icf Naturoleza, y vuestra delicada
compariia comparta. . ., y os salude con besos,
y eptre vuestras caricias me confunda,
jugondo con las trenzas
errantes, de quien es madre y seriora, celebrando festines
con ella, en su palacio, con murallas deviento bajo su polio azul
apurando, con vuestro gesto limpio,
un ccrtiz, donde lucen
lagrimas, recogidos en la fuente del d i a . . . "
Tal hicimos; me uni
a aquella compariia delicada;
posei los secretos de la Naturaleza. . .
Supe todos los rapidos sentidos
que refleja la faz obstinada del cielo.
Supe como las nubes se levantan
— tal la espuma— si el mar de salvajes bufidos. . .
Con cuanto nace o muere
me levante y hundi; lo convertia todo
en fuente de mi humor, quejumbroso o divino. . .
Me alegre con las cosas y me abati con ellas. Pesaba en mi el crepusculo
cuando encendia cirios temblorosos
en torno a las difuntas santidades del dia. . . Me rei ante los ojos de la aurora. . .
Triunfe o me entristeci con el mudar del tiempo. . . Pero aquel perseguir mas y mas se acercaba
con su paso seguro,
con tranquilo avanzar y augusta urgencia...
Y, mas veioz que oquellos pies sonoros, una Voz me llegaba:
‘‘NO QUIERES CONTENTARME. . . Y NADA TE CONTENTA” Desnudo, espero el goipe de tu amor, que amenaza.
Pieza a pieza, quebraste mi armadura,
y me abatiste, haciendo que hincara la rodilla. . . Indefenso del todo, aqui me tienes.
Acoso me durmiera. . . Y, al despertor, mirando poco a poco, me halle despojado en el sueno. Con la loca pujanza de mi tiempo florido
-i;r'























































   23   24   25   26   27