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Para que quede claro, te voy a explicar mi propia experiencia
con esto. Si yo tuviese que romper la “regla de la vestimenta”,
probablemente me vestiría un poco más llamativo. Iría al centro
comercial y encontraría ropa genial de diseñador de la que usaría
una celebridad excéntrica. ¿Vestirme así está un poco afuera de mi
zona de confort? ¡Absolutamente! Pero aun así, no es totalmente
incongruente con mi personalidad porque me gusta vestirme bien
y pienso que los hombres famosos que se visten de esta manera
pueden lucir genial (incluso si no yo no me sentiría necesariamente
cómodo vistiendo así todo el tiempo).
Lo que no haría es vestirme como un rapero. Aunque podría
sorprender a una chica que solía conocerme al mostrarme con
ropa holgada y joyas, no sería congruente con mi personalidad.
Al ser alguien que creció en los suburbios, y que trabajó formalmente
en ediciones de revistas, si de repente empezara a vestirme como
rapero, simplemente me vería como un tonto. Es más, desviarme
tanto de mi personalidad haría parecer obvio que me estoy
esforzando demasiado, que es exactamente lo que no deseas hacer.
Entonces, considera las reglas para ti mismo, utilizando tu propia
personalidad como barómetro. Quizá para ti, vestirte como un
rapero es congruente, pero hacerlo como una celebridad excéntrica
no lo es. El objetivo de este ejercicio es considerar tus opciones
para romper las reglas que te den mayores oportunidades de
provocar una respuesta emocional sin hacerlo parecer como que
te estás esforzando o actuando extraño. Permanecer congruente
es la clave para la normalidad.
Ahora que entiendes COMO romper las reglas, continúa y es-
cribe cómo te verías rompiendo cada una de las normas de
tu “Reglamento Implícito”. Y si te ves quebrando esas normas de
diferentes maneras, escribe más de una opción.
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