Page 35 - SOFY_ La Guardiana de los Sombreros Libro intec (Julia Perellon Mancebo)
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Sofy, la Guardiana de los Sombreros: Un Viaje Encantado a través del Tiempo


              "Sofy, ¿qué nos depara la era victoriana, el cambio de siglo...
          después de tantas luchas y revoluciones, qué pasa con los sombreros
          en esta época?" preguntó Julia, su curiosidad al borde.
              Sofy sonrió ante la pregunta de Julia, "Ah, querida Julia, la era
          victoriana  fue  una  época  de  gran  cambio  y  evolución  para  los
          sombreros. Vamos a explorar más, ¿sí?"
              Con un ligero movimiento de su mano, se encontraron en pleno
          corazón de Londres, en medio de la era industrial. Las chimeneas
          humeaban, los carruajes se apresuraban por las calles adoquinadas y
          la multitud se movía con un ritmo que solo podría existir en la ciudad
          en pleno auge de la Revolución Industrial.
              "Observa bien, Julia", dijo Sofy mientras señalaba a la multitud,
          "verás desde sencillos bonetes hasta sombreros de ala ancha y, por
          supuesto, el icónico sombrero de copa."
              No solo estaban rodeadas por la multitud de la ciudad, sino que
          se encontraban en el corazón de una de las fábricas de sombreros
          más famosas de la época. "Bienvenida a la revolución industrial de
          los sombreros, Julia", dijo Sofy con una sonrisa.
              Mientras  recorrían  la  fábrica,  vieron  cómo  los  sombreros  de
          copa, que se habían convertido en el emblema de la era victoriana,
          eran  cuidadosamente  confeccionados.  Sofy  incluso  compartió  la
          historia  de  cómo  el  sombrero  de  copa  llegó  a  ser  tan  popular,
          contando la anécdota de John Hetherington, el modisto londinense
          que  se  dice  que  causó  un  alboroto  público  cuando  apareció  por
          primera vez con uno en la calle.
              Una  vez  fuera  de  la  fábrica,  se  encontraron  en  Bond  Street,
          conocida por sus tiendas de moda y joyerías de lujo. Las tiendas
          estaban repletas de vestidos de satén, abrigos de piel y, por supuesto,
          sombreros. Cada uno más extravagante que el anterior, adornados
          con cintas, flores y plumas.
              En Hyde Park, hicieron amistad con un simpático vendedor de
          flores, que les regaló ramilletes frescos para adornar sus sombreros.
          Esa tarde, asistieron a una fiesta en el jardín organizada por Lady
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