Page 3 - REVISTA SALUD Y VIDA DE AGOSTO 2025
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a salud pública no debería ser un lujo ni un comprometidos. Bolivia, en cambio, ha convertido su sis-
favor, sino una garantía fundamental de tema en un mosaico de subsistemas aislados, sin rectoría
ciudadanía. Pero en Bolivia, más que un efectiva, donde la lógica clientelar ha primado sobre la
derecho, sigue siendo una promesa rota. Y planificación y el servicio.
es imposible no mirar con algo de envidia
—pero también con sentido crítico— lo que Frente a esta realidad, urge un cambio de enfoque. La
Locurre al otro lado de la frontera, en Argen- salud no puede seguir siendo rehén del discurso político
tina, donde pese a las crisis recurrentes, los problemas ni prenda de campaña electoral. Es necesario asumir que
presupuestarios y los recientes ajustes decretados por el ningún desarrollo es posible sin una población sana,
gobierno de Javier Milei, el sistema público de salud con- atendida y respetada.
serva una lógica de acceso universal, integral y gratuito
que, sencillamente, aquí no existe. Los expertos plantean al menos tres asuntos impres-
En ciudades como Salta o Jujuy, los hospitales públi- cindibles.
cos han venido recibiendo sin discriminación a bolivianos
y bolivianas que cruzan la frontera buscando atención El primero es fortalecer la atención primaria. No hay
médica que en su propio país no consiguen. No se tra- sistema sostenible sin un primer nivel robusto. Hay que
taba de tecnología de punta ni de lujos: se trataba de ser- dotar de personal, insumos y capacidad resolutiva a los
vicios básicos, de atención oportuna, de respeto. La centros de salud más cercanos a la población, especial-
cuestión es de enfoque: en la Argentina el paciente se ha mente en áreas rurales y periurbanas.
colocado en el centro y el sistema se ha dedicado a pro-
teger, mientras que en Bolivia al centro se suele colocar El segundo es garantizar carrera sanitaria y estabilidad
el negocio y sus costos. laboral, una rara avis en Bolivia donde todo se mueve por
política. Los profesionales de salud no pueden seguir vi-
En Bolivia el SUS —el Seguro Universal de Salud— viendo en la incertidumbre. Se necesita una carrera mé-
avanzó a tropezones, entre discursos grandilocuentes, dica pública, basada en mérito y formación continua, que
hospitales colapsados y elecciones. Se construyen nue- garantice atención de calidad y evite la fuga de talento,
vas infraestructuras, pero no hay personal para operarlas. aunque también exija dedicación y exclusividad.
Se prometen coberturas, pero no hay insumos. Se “ase-
gura” la gratuidad, pero se cobra por todo. La atención Lo tercero sería integrar y coordinar el sistema en su
primaria sigue ausente – Tarija debe ser la mejor expe- conjunto. El SUS, las cajas, los seguros municipales y
riencia del país - , los centros de salud de primer nivel departamentales deben funcionar bajo un mismo para-
languidecen y los pacientes, especialmente en zonas ru- guas de gestión, con reglas claras y una rectoría estatal
rales o periféricas, deben elegir entre endeudarse o re- fuerte. La fragmentación actual es ineficiente e injusta.
signarse.
La diferencia entre Bolivia y Argentina no está en el
No es una cuestión de pobreza. Es una cuestión de presupuesto, sino en la voluntad de construir un sistema
prioridades. Argentina, con su economía en crisis crónica, digno. Allá, la salud pública todavía es un orgullo. Aquí,
ha sabido mantener un ethos sanitario público, con pre- sigue siendo una deuda. Y ya es hora de saldarla.
sencia universitaria, sindicatos activos y profesionales
El contenido proveído aquí tiene un propósito informativo úni-
camente, y no está diseñado para diagnosticar o tratar un
problema de salud o una enfermedad ni reemplazar el consejo
médico que usted reciba de su médico. Por favor, consulte a
su médico para aclarar cualquier pregunta o preocupación que
usted pueda tener acerca del trastorno que padece.
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