Page 220 - SANTACRUZ LIBRO
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208                                La trágica noche de Santacruz



          sos&Facinerosos desapareció como empresa inmobiliaria. Desapa-
          recieron del mapa debiendo sueldos a los empleados, 15 meses del
          pago de los alquileres del local, no pagaron impuestos, ni la impre-
          sión de talonarios con el logo “Facinerosos&Facinerosos”. Los tres
          facinerosos se hicieron humo, como se dice vulgarmente.

          En los informativos de la TV se llegó a conocer que las personas es-
          tafadas por Facinerosos&Facinerosos llegaban a más de diez mil.
          Fueron estafadas familias, empresas, consorcios y cooperativas. Las
          autoridades brillaron por su ausencia, los delitos eran apropiación in-
          debida de dinero, falsedad ideológica y otros delitos contemplados
          en el Código Penal. Cientos de personas hacían cola en la Felcc para
          sentar denuncias por estafa. Semanas enteras pasaron y la fila no tenía
          fin. Se marchaban maldiciendo a los facinerosos que los engañaron.
          Según informe de la Fiscalía, Facinerosos&Facinerosos logró obtener
          como préstamos, millones de dólares. Nicolás los convencía a todos:
          “Ningún problema, esta gran empresa en franca expansión tiene
          como garantía miles de metros cuadrados de terreno en el norte cru-
          ceño. Ustedes nos prestan el dinero, nosotros pagamos buenos inte-
          reses, la garantía son los papeles de los terrenos. Es una inversión
          segura”, y los incautos creían en todo lo que les prometían.

          Días después de la desaparición de los tres facinerosos, llegaron
          denuncias a la Felcn por varios casos de volteo de droga y extor-
          sión. En la carretera a la Chiquitania una madrugada, Nicolás, Ni-
          colacito y Nicolazón vestidos con uniformes de la Felcn
          interceptaron una lujosa movilidad y los detuvieron. Amor Jurado,
          Buendía y Guerrero Paz requisaron el lujoso motorizado y encon-
          traron un paquete con 50.000 dólares. Ahí comenzó la cosa, “el Pe-
          tacudo” era el malo, les habló con prepotencia y los amenazó con
          asesinarlos. Les dieron otra vez el ultimátum, “o se van o los ma-
          tamos”. Por supuesto que se marcharon, pero dejando el fajo de dó-
          lares. El caso más bullado fue cuando detuvieron un camión Volvo
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