Page 309 - SANTACRUZ LIBRO
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La trágica noche de Santacruz                            297



            veces y su primo, el candidado de Arenal, quedó tieso. Nadie se
            apiadó de Mata Hari, quien quedó tiesa, muerta, agarrada del volante
            con una mirada de muerta.

            “Bien, cumpliste tu misión con éxito”, le dijo Capablanca, quien luego
            con toda parsimonia se alejó del lugar. Y abordó a un elegante auto
            BMW que estaba estacionado cerca a la camioneta Nissan color plomo.

            -Vamos a tomar un trago, nuestra misión ha concluido aquí, le dijo
            a Pascual Pascutini Piérola el jefe de jefes. En ese preciso instante
            se escucharon ráfagas de ametralladora sobre la faja de aterrizaje,
            Capablanca dijo que quienes disparaban era LeoLuca Nerón, “el Va-
            liente” y Juan Sin Miedo, quienes no llegaron a conocer que todo ya
            había terminado.

            -¿Y quiénes son esos”, preguntó Pascual Pascutini.

            -Eso no te importa, fue la lacónica respuesta de Centurión.

            Tres minutos después llegaron hasta el lugar de la tragedia Alejandra
            Centurión, Anastasio Santacruz y Giácomo Benvenuti y se encon-
            traron con el dantesco espectáculo: seis muertos en plena vía pública
            tendidos en el piso, zurcidos a plomo, Anastasio con su arma al hom-
            bro miró con espanto la macabra escena, Benvenuti mira al cielo sin
            estrellas.

            Alejandra quedó muda, aterrorizada, trémula. Todo lo que le infor-
            maron en Nueva York era verdad.

            “Vieron, esta mañana –dijo sollozando Alejandra-, les advertí en la
            sede de Arenal que hoy matarían a mi novio y ustedes no tomaron
            las cosas en serio. ¿Y ahora? Ahí está tendido el hombre por quien
            me jugué todo. Benvenuti estaba sereno y no dijo nada.
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