Page 8 - SANTACRUZ LIBRO
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Entre 1826 y mayo de 1908 ocurrieron en Bolivia 186 -llámense su-
blevaciones, motines militares, revoluciones, conspiraciones, inten-
tonas golpistas, rebeliones y combates esporádicos. El 18 de abril de
1828 en la capital, Sucre, derrocaron al mariscal de Ayacucho e in-
tentaron asesinarlo, era el preludio de lo que se veía venir, una nación
difícil de gobernar, de una inestabilidad política continua. Bolivia es
un país de pactos y contrapactos que criticaba el Che Guevara en su
diario; no hace mucho inventaron el Pacto de Unidad.
Y para no regresar al Siglo XIX, cuando el 6 de agosto de 1825 nace
la República de Bolivia, nos remontaremos a los inicios del Siglo
XX, cuando la llamada Revolución Federal (otros la llaman guerra
federal,) que terminó con el traslado del poder político desde Sucre
a La Paz, con el pretexto de federalizar la nación. Esta fue una mo-
numental maniobra maquiavélica para todos los bolivianos, se para-
petaron en el poder hasta nuestros días implantando un centralismo
secante, un autoritarismo que actualmente no existe, creo yo, en otras
naciones. En la actual sede de gobierno ha ocurrido de todo; revolu-
ciones, cambios de gobiernos, asesinatos de presidentes, egoísmo de
quienes detentan el poder, proponen el servilismo e intentan acallar
las voces disidentes con prepotencia y violencia.
Y para el colmo de males, en estos doscientos años hemos perdido
más de la mitad de nuestro territorio, nuestra ventana al mundo: el
departamento del Litoral, nuestro territorio privilegiado en las orillas
del Océano Pacífico, mal llamado por algunos “nuestro mar.” Son
sesenta y siete mandatarios que ha tenido Bolivia desde su funda-
ción, solamente tres de ellos nacieron en el Oriente boliviano.
¿ Por qué perdimos nuestro departamento del Litoral? Bonita pre-
gunta que los gobernantes de turno responden con argumentos poco
convincentes, pasados de moda. Dicen: Chile estaba mejor armado.
Y ¿Por qué nosotros nos descuidamos y no nos armamos?. Hasta