Page 276 - LIBRO SANTACRUZ
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264 La trágica noche de Santacruz
Esa fatídica noche, Euclides dormitaba a bordo del automóvil Toyota,
iba pensativo, estaba acompañado por “el Espantapájaros”, un guar-
daespaldas y chofer improvisado. Eran perseguidos por dos automóvi-
les, una camioneta Ford Ranger y una vagoneta Nissan color plomo.
Euclides lo advirtió cuando desde el cuarto anillo enfiló por la avenida
Cumavi, cruzaron la Cidob, la vagoneta intentó cerrarle el paso, pero
la pericia de “el Espantapájaros” logró esquivar y de allí comenzó una
carrera infernal, nadie respetaba el tráfico, hasta cuando llegaron a la
entrada de la avenida Jenecherú.
El capitán Bordenave, conductor de la Ford Ranger, experto en perse-
cución, le cerró el paso y se bajaron dos hombres y comenzaron a dis-
parar, el chofer fue alcanzado con una ráfaga que le desfiguró el rostro
y cayó muerto, mientras Euclides bajó del automóvil y buscó refugio,
gritó varias veces auxilio ¡me están matando! y allí le dispararon otra
vez, luego los atacantes huyeron, entre ellos “Juan Sin Miedo”. Un ta-
xista detuvo su motorizado y auxilió al diputado a quien reconoció in-
mediatamente en esa noche lóbrega. Euclides tenía una herida en la
pierna izquierda cerca a la rodilla, la herida comenzó a sangrar mientras
el taxi en que viajaba no corría, volaba, hasta una clínica en la doble
vía a Cotoca donde lo internaron inmediatamente.
El proyectil raspó la rodilla izquierda y no era grave, pero el diputado
de Arenal había perdido mucha sangre, debería guardar reposo una se-
mana por lo menos. Eran aproximadamente las 20:30 horas, los canales
de televisión alteraron su programación para informar del intento de
magnicidio. Cruceña de Televisión mostró imágenes del diputado
cuando llegaba herido a la clínica. La ciudad se conmocionó porque la
violencia política llegaba a límites insospechados, la creencia popular
clamaba por detener a como dé lugar la violencia, hubo plegarias y pe-
didos a los organismos de seguridad del Estado para proteger al dipu-
tado de Arenal y desenmascarar a los responsables de la patraña. Horas
después, la Policía por su parte, hizo el levantamiento legal del cadáver