Page 67 - LIBRO SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz
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estaba prohibido quemar basura. Se puso en marcha un sistema para
enterrar la basura todos los días, de tal manera que en este floreciente
poblado del Bajo Paraguá no había ni habrá contaminación ambien-
tal. Este pueblito fue luego la envidia de los lugares vecinos y la ad-
miración de los turistas que llegaban a estos lares, muchos querían
conocer porqué este paradisíaco sitio era llamado el paraíso escon-
dido, que se estableció a corta distancia del río Paraguá.
Los recién llegados podían apreciar un gigante letrero a orillas del
río Paraguá donde se leía:
“BIENVENIDOS A EL PARAÍSO ESCONDIDO,
SUCURSAL DEL PARAÍSO TERRENAL”.
Muchos turistas arribaban hasta este pueblito para conocer la me-
dalla de oro y el pergamino que le fue conferido a Anastasio Santa-
cruz, quien tenía sus trofeos en su sala principal y todos querían
conocerla y tocarla. Se tomaban fotos teniendo en su manos el per-
gamino y la medalla de oro que fue conferida al padre de Euclides
Santacruz. Era increíble, pero en este lugar apartado de la geografía
nacional existía un hombre entusiasta con los estudios de meteoro-
logía, su dedicación al estudio de los fenómenos meteorológicos le
valió para ser condecorado con un pergamino y una medalla de oro.
En aquellos felices años, Anastasio Santacruz soñaba figurar en
los libros de historia de Bolivia, había llegado el momento pre-
ciso. Una mañana se levantó optimista y recordó al empresario
gomero Antonio Vaca Díez y al empresario peruano Carlos Fitz-
carrald, quienes murieron ahogados en el río Urubamba, en los
Andes peruanos en una misión, cuando su embarcación zozobró.
Ellos buscaban una ruta para exportar goma por el océano Pací-
fico, ambicionaban construir una ruta para remontar los Andes