Page 16 - Periódico"AL GRANO" Digital Edición 14-03-2022
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Francisco exige






                                                                          el fin de la guerra
















                                                                                                                 (ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO
                                                                                                                 "En el nombre de Dios, detengan esta masacre", es
                                                                                                              el llamado de corazón del papa Francisco en el Ange-
                                                                                                              lus, durante el cual dedicó fuertes palabras contra la
                                                                                                              guerra en Ucrania, cuando se cumple el segundo do-
                                                                                                              mingo de Cuaresma.
                                                                                                                     "Ante la barbarie de la matanza de niños, perso-
                                                                                                              nas inocentes y civiles desarmados no hay razones es-
                                                                                                              tratégicas que se sostengan, solo hay que parar la
                                                                                                              inaceptable agresión armada antes de que reduzca las
                                                                                                              ciudades a cementerios", enfatizó luego.
                                                                                                                     Francisco sostuvo que "Dios es sólo Dios de paz,
                                                                                                              no es dios de la guerra y quien apoya la violencia pro-
                                                                                                              fana su nombre".
                                                                                                                     "Ahora recemos en silencio por los que sufren y
                                                                                                              para que Dios convierta a los corazones en una firme
                                                                                                              voluntad de paz", acotó.
                                                                                                                     "Acabamos de rezar a la Virgen María", dijo el
                                                                                                              Santo Padre en su alocución, recordando que esta se-
                                                                                                              mana la ciudad ucraniana que lleva su nombre, Mariu-
                                                                                                              pol, se ha convertido en una ciudad mártir en la
                                                                                                               desgarradora guerra que asola a este país: "Ante la
                                                                                                                 barbarie de la matanza de niños, inocentes y civiles
                                                                                                                  indefensos, no hay razones estratégicas que val-
                                                                                                                   gan: lo único que hay que hacer es poner fin a la
                                                                                                                    inaceptable agresión armada, antes de que re-
                                                                                                                    duzca las ciudades a cementerios", añadió.
                                                                                                                            En este sentido, expresando el dolor que
                                                                                                                     siente en su corazón, Francisco unió su voz "a
                                                                                                                     la del pueblo común, que implora el fin de la
                                                                                                                      guerra".
                                                                                                                            "En nombre de Dios, que se escuchen
                                                                                                                      los gritos de los que sufren y que cesen los
                                                                                                                      bombardeos y los ataques. Que haya un en-
                                                                                                                      foque real y decisivo en la negociación, y que
                                                                                                                     los corredores humanitarios sean efectivos y
                                                                                                                     seguros. En nombre de Dios, les pido: ¡deten-
                                                                                                                     gan esta masacre!", aseveró.
                                                                                                                           Asimismo, el Pontífice renovó una vez
                                                                                                                    más, su llamamiento a la acogida de los nume-
                                                                                                                   rosos refugiados, "en los que Cristo está pre-
                                                                                                                  sente", y dio gracias por la gran red de solidaridad
                                                                                                                 que se ha formado.
                                                                                                                       En la plaza San Pedro se agitaban, en tanto,
                                                                                                              banderas ucranianas y banderas de paz. Un largo
                                                                                                              aplauso saludó las sentidas palabras del Pontífice pero
                                                                                                              la plaza también respondió con un largo silencio de
                                                                                                              oración cuando Francisco pidió invocar a Dios "con-
                                                                                                              vertir los corazones" a la paz.
                                                                                                                     Reflexionando sobre el Evangelio de este do-
                                                                                                              mingo que narra la Transfiguración de Jesús, el Papa
                                                                                                              exhortó a los fieles a buscar la luz de Dios en este
                                                                                                              tiempo de Cuaresma, "que nos despierta de nuestro le-
                                                                                                              targo interior" haciéndonos ver las cosas de otra ma-
                                                                                                              nera: "nos atrae, reaviva el deseo y la fuerza para orar,
                                                                                                              para mirar hacia adentro y dedicar tiempo a los
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