Page 3 - MASACRE MOVIMIENTO OBREROS 1922
P. 3

Muertos en fosas comunes y lanzados al río Guayas



                                                   Numerosos  trabajadores  que  participaron  en  la
                                                   marcha pacífica fueron detenidos por la policía y
                                                   los militares por las manifestaciones.



























                                            El número de personas asesinadas fueron calculadas en cente-
                                            nares de muertos y heridos, que llegaban al millar; la mayoría
                                            fueron trasladados a hospitales, clínicas y al Cementerio General
                                            de Guayaquil; en donde fueron enterrados en fosas comúnes,
                                            otros llevados en camiones hacía el malecón, desde donde
                                            fueron arrojados al río Guayas, después de ser abiertos el abdo-
                                            mén para que los cuerpos vayan al fondo del mar y no refloten.

                                            Estos acontecimientos fueron retomados por Joaquín Gallegos
                                            Lara, quien presenció los sangrientos hechos en sun niñez (13
                                            años de edad) y escribió su novela: “Las Cruces sobre el agua”.

                                            Otro  escritor  e  historiador,  don  Alfredo  Pareja  Diez  Canseco
                                            rememoró los hechos en su novela “Baldomera” sobre la masacre,
                Dr. José Luis Tamayo        que él presenció durante su adolescencia (14 años de edad).
               (presidente de Ecuador)
                                            Días después de la masacre, el gobierno inició un juicio penal
                                            contra los trabajadores sobrevivientes, acusados de ser los
                                            responsables de los disturbios ocurridos. También los medios
                                            de comunicación fueron intervenidos (El Telégrafo, El Universo,
                                            La Prensa); el director de diario El Telégrafo, don José Abel Casti-
                                            llo, fue exiliado (Alemania) por publicar un editorial en que con-
                                            denaba la masacre.
         Ante estos hechos, el presidente José
         Luis Tamayo, envió un telegrama al
         general Enrique  Barriga Larrea, jefe   De los acontecimientos suscitados (15/noviembre/1922) se esta-
         de la zona militar de Guayaquil
                                            blecen dos versiones: la de los militares y la de los sindicalistas.
                                            Los militares, responsabilizan a los mismos sindicalistas puesto
                                            que la movilización habría estado protagonizada por turbas de
                                            saqueadores con influencias extremistas que pretendían destro-
                                            zar la ciudad, y por lo tanto era un motín que debía ser reprimi-
                                            do; para los sindicalistas la masacre fue responsabilidad del
                                            gobierno contrario a un proceso de movilización popular, orga-

          Tropas llegadas de otras ciudades.  nizada especialmente por artesanos.
   1   2   3