Page 73 - LIBRO BUENO
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Tú serás
Charlamos un poco más pero estaba muy solicitado había muchos clientes
en el restaurante, pasaríamos en otro momento a verlo puede que conociera el
castillo que pensábamos visitar.
Sonó el teléfono de Mauricio, era su amigo Pierre preocupado por nosotros.
En París no sabían nada de la nueva fecha para presentar la obra de da Vinci,
nos mandaban saludos Remy y Didier, tenían muchas ganas de volver a
vernos. Pierre insistía en que si las cosas se ponían feas había trabajo para
nosotros en París.
Después de un paseo por la Siena turística que ya conocíamos, volvimos al
apartamento. Ahora el que llamaba era Simón, para ver qué tal el alojamiento
y darnos las coordenadas exactas del castillo porque según él no tenía fácil
acceso.
Por la mañana iríamos de excursión en su búsqueda; la del castillo y la
Me sentía nerviosa, si estaba aquí ¿cómo sería nuestro encuentro? Tanto
tiempo pensando que era un hombre, imaginando su físico, su carácter, su
personalidad y ahora era una mujer a la que no tenía tiempo de pensar ni de
imaginar.
Tener a Mauricio a mi lado era lo único que me tranquilizaba un poco,
saldríamos de esta juntos.
La mañana se presentó nubosa, de un triste gris que amenazaba lluvia, pero
según la casera, que nos la encontramos en las escaleras, podíamos hacer
turismo sin miedo, no caería ni una gota, o eso quisimos entender, ya que
hablaba un italiano bastante cerrado.
Hasta con tonos plomizos era bella la Toscana. Según Simón el castillo
distaba a una hora y cuarto aproximadamente de Siena y la carretera que se
convertiría en camino era sinuosa. A pesar de lo bien que nos explicó nuestro
amigo nos perdimos dos veces y llegamos a las dos horas y media a divisar un
castillo entre frondosos árboles, sin duda no querían ser encontrados.
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