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HANK
Recuerdos de una pulga

Capítulo II
ENCONTRADO POR UN ÁNGEL

Eran las seis y quince de la tarde, calculo;
cuando entramos al Convento y tres
minutos después ingresamos a una
habitación. Apenas entramos ella se
despojó de sus prendas, casi sacudiéndolas
y de manera apurada atravesó una puerta
dentro de la habitación, de donde empezó a
provenir un ruido que nunca antes había
oído... claro ahora ya lo sé... se llama ducha
y mientras ella estaba ocupada decidí dar
una ojeada al lugar.
No era un espacio muy grande, había una
cama (no muy grande) un pequeño closet al
lado derecho de la cama, una mesa de
noche al costado izquierdo de la cabecera
de la cama sobre el cual había una pequeña
lámpara de aceite; frente a la cama y muy