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soy llamado
La vocación del cristiano
Lo que Dios nos dice
El llamado que Jesús hizo a los discípulos se ha extendido
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en el tiempo. La Iglesia es la comunidad de los seguidores
Unidad 4 de Cristo y ese es el sentido de la palabra griega ekklesía,
que significa “los llamados”, “asamblea”.
Todos los cristianos y cristianas han nacido del Espíritu
gracias al bautismo, por lo que hay en ellos una única
VOCACIÓN: seguir al Señor Jesús. Esto se realiza mediante
diversos dones y tareas dados por el Espíritu a los fieles
para que conformen un solo cuerpo.
“Jesús subió al monte y llamó a los que él quiso, y se
reunieron con él. Así instituyó a los Doce (a los que
llamó también apóstoles), para que estuvieran con él y
para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar
demonios.”
(Mc 3, 13-15)
En la comunidad hay diferentes servicios específicos según
el llamado que Dios realiza a cada cristiano/a bautizado/a
para ayudar a realizar fielmente la misión que Jesús
nos encomendó: ayudan en la misión de la Iglesia los
sacerdotes, los religiosos y los laicos.
La vocación sacerdotal
El sacerdote es un ministro ordenado, con la vocación de
amar y servir a Dios y los hermanos a través del sacerdocio
en una entrega generosa y para siempre a la comunidad.
Los ministros ordenados son: el obispo, el presbítero
(sacerdote) y el diácono. El sacerdote se consagra en el
sacramento del Orden sagrado y gracias a este, asume la
responsabilidad de representar a Cristo ante la comunidad.
La vocación religiosa
En la comunidad de la Iglesia todos los cristianos reciben la
llamada de Jesús a participar de la vida nueva del Reino de
Dios, es la llamada universal a la santidad.
Siguiendo el estilo de vida de Jesucristo en diversas
formas y carismas encontramos a los religiosos y religiosas,
que se caracterizan por su consagración a Jesucristo en
comunidad, siguiendo radicalmente los llamados consejos
evangélicos y realizando votos de castidad, obediencia y
pobreza. Además, cada congregación religiosa, de acuerdo
con el carisma o el espíritu de su fundador(a), tiene una
misión específica al servicio de la Iglesia y del mundo.