Page 84 - 8º BÁSICO
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La LIturgIa CoMo FIeSta
                                                             La esperanza del cristiano





                                              Interpelación


                                              Sólo Dios colma todos nuestros anhelos
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                                              Podemos decir, con Benedicto XVI, que «el hombre está
      Unidad 2                                vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la
                                              esperanza».
                                              Las distintas esperanzas humanas, que inspiran nuestras
                                              actividades diarias, corresponden al anhelo de felicidad
                                              que Dios ha puesto en el corazón de las personas. Por
                                              lo tanto, la esperanza cristiana purifica y ordena todas
                                              nuestras acciones hacia Dios, quien colma todos nuestros
                                              anhelos. Benedicto XVI, en la carta encíclica Spe Salvi, nos
                                              propone tres “lugares” para el aprendizaje y el ejercicio de la
                                              esperanza cristiana.
                                              1) La oración
                                                 El contacto frecuente con el Señor en la oración, reaviva y
                                                 renueva nuestra esperanza porque nos acercamos con la
                                                 convicción de que Él siempre atiende nuestras súplicas y
                                                 está dispuesto a ayudarnos.

                                              2) La rectitud del obrar y el sufrimiento
                                                 El dolor y los padecimientos, tanto físicos como internos,
                                                 son realidades propias de la vida humana. Cuando las
                                                 dificultades se aceptan con fe y esperanza encontramos
                                                 un camino de maduración y purificación, dándole sentido
                                                 al sufrimiento con realismo y sin desesperación.

                                              3) El Juicio Final
                                                 Es la esperanza en la misericordia del Padre al fin de los
                                                 tiempos. Es encontrar la respuesta «al sufrimiento de los
                                                 siglos» y al «cinismo de los poderosos». Será cuando
                                                 Dios Padre enjugue toda lágrima y vende toda herida de
                                                 nuestros corazones, y quienes causaron el mal enfrenten
                                                 las consecuencias de sus acciones.

                                                 El Papa Francisco en su homilía del Domingo de Ramos
                                                 del 2013 dijo: «no pueden ser nunca personas tristes».
                                                 Deben rechazar el «desánimo», pues la alegría del
                                                 cristianismo no nace de «poseer tantas cosas», sino de
                                                 «haber encontrado» a Jesús. «¡No os dejéis robar la
                                                 esperanza!», repitió dos veces Francisco, subrayando
                                                 que con Jesús «nunca se está solo», ni siquiera «en los
                                                 momentos difíciles». «Tampoco cuando en el camino
                                                 de la vida se encuentran problemas y obstáculos que
                                                 parecen insuperables. ¡Y hay tantos de ellos!».

               Las distintas esperanzas humanas que inspiran nuestras actividades diarias,
               corresponden al anhelo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón de las personas.
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