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ama y haz lo que quieraS
Libertad y responsabilidad desde niños
Profundicemos
En la vida diaria hay vivencias en que ejercemos algún
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grado de libertad. Aunque no son tan evidentes o
Unidad 4 trascendentales van construyendo los grandes momentos
para cuando tengamos que tomar grandes decisiones. Por
ejemplo, una familia en donde cada uno sabe lo que es
bueno y se ejerce la responsabilidad en forma compartida,
es el espacio ideal para madurar en la libertad.
El pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, se podría
decir que vivió un proceso de la adolescencia a la
adultez. De pronto se vio enfrentado a un gran desafío:
en el desierto, después de huir de la esclavitud egipcia,
se encontró con la libertad. Al comienzo se alegró, pero
después se dio cuenta de la gran responsabilidad y
esfuerzo que costaría mantenerla. De a poco, y no sin
errores y caídas, descubrió que la libertad es un don de
Dios para buscarlo a Él.
Lee con atención:
Los israelitas se fueron del desierto de Sin, y se detenían
en cada lugar que Dios les ordenaba. Al llegar a un lugar
llamado Refidim, acamparon pero no encontraron agua,
así que le reclamaron a Moisés:
–¡Tenemos sed! ¡Danos agua! Moisés les contestó:
–¿Y por qué me reclaman a mí? ¿Por qué dudan del poder
de Dios?
Pero era tanta la sed que tenían, que comenzaron a
criticar a Moisés. Le dijeron:
–¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de
sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?
Entonces Moisés le pidió ayuda a Dios, y le dijo:
–¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Poco les falta para
Jan Havicksz (1626-1679) matarme a pedradas!
Moisés saca agua de las rocas, Dios le contestó:
1660. Städel Museum, Frankfurt.
–Quiero que lleves a los israelitas hasta la montaña
de Horeb. Allí estaré esperándote, sobre la roca. Tú
adelántate, y llévate algunos de los jefes del pueblo.
Llévate también la vara con la que convertiste en sangre
el agua del río Nilo. Cuando llegues allá, golpea la roca
con la vara. Así saldrá agua de la roca, y todos podrán
beber.
Moisés hizo todo esto en presencia de los jefes del
pueblo.
A ese lugar le puso por nombre Meribá, que significa
«reclamo», pues el pueblo le había reclamado a Dios.
También lo llamó Masá, que quiere decir «duda», porque
habían dudado del poder de Dios para cuidarlos.
(Ex 17, 1-7)