Page 66 - 7º BÁSICO
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mis habilidades
                                                           El Espíritu transformará mi cuerpo





                                              Interpelación


                                              Pareciera que para algunos el cuerpo y el alma espiritual
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                                              están separados o en lucha. Por un lado, existen quienes
      Unidad 2                                se preocupan de manera exagerada del cuidado del
                                              cuerpo, olvidando la dimensión espiritual. Por otro lado,
                                              hay quienes sólo valoran lo espiritual, considerando al
                                              cuerpo como una opresión. Cualquiera sea el caso, en la
                                              visión cristiana el ser humano es unidad de cuerpo y alma
                                              espiritual, a través de los que se puede percibir la vida y
                                              valorarla como un don de Dios.
                                              Todo ello demuestra que, como dijo el propio Juan Pablo II,
                                              el cuerpo humano es un “valor que no es suficientemente
                                              apreciado”. Por falta de escucha y docilidad al Espíritu
                                              Santo, las personas ignoran aspectos de su propia
                                              realidad, como su naturaleza corporal y espiritual.
                                              La fe cristiana afirma que el cuerpo también está llamado a
                                              gozar de la resurrección prometida por el Señor Jesús. Esa
                                              es su altísima dignidad. En la vida terrena, la armonía entre
                                              el espíritu y el cuerpo surge sólo como fruto de un trabajo
                                              perseverante sobre uno mismo.


                                                “Este estado de armonía se diferenciará radicalmente de lo
                                                que experimentamos en la vida terrena, pero que no significa
                                                «desencarnación» alguna del cuerpo ni, por eso, una
                                                «deshumanización» del hombre. Significa, por el contrario,
                                                su «realización» perfecta. La resurrección consistirá en la
                                                perfecta participación del cuerpo humano en lo que en el
                                                hombre es espiritual.”
                                                (Juan Pablo II, audiencia general, 9 de diciembre de 1981)


                                              Desde hoy, puedes dar pasos pequeños aunque
                                              importantes para comenzar esa transformación, abierto
                                              a que el Espíritu Santo haga su obra silenciosa en ti. A
                                              continuación hay algunas ideas que  pueden ayudar.
                                              Agrega otras:


                                              •  Aprender a escuchar las sensaciones del cuerpo.
                                              •  Mantener una dieta o nutrición equilibrada.
                                              •  Descansar lo necesario.
                                              •  Realizar actividad física.
                                              •  Sanar las emociones.
                                              •  Ser activo en el cumplimiento de los deberes, superando
                                                 la comodidad y el cansancio.
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