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maTErial ComplEmENTario dE la UNidad 1
Los principales sucesos vividos por Jesús en Semana Santa se encuentran narrados en
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los Evangelios: su entrada triunfal en Jerusalén, su pasión, muerte y resurrección. Vamos
Unidad 1 a recordarlos para conocer qué le sucedió a Jesús en estos días, y para comprender más
profundamente el significado de Semana Santa y cómo nació el nuevo pueblo de Dios.
Jesús se dirige a Jerusalén
(Domingo de Ramos)
Cuando Jesús llevaba tres años explicando su doctrina
en tierras de Palestina, y estando cerca la fiesta de la
Pascua judía, quiso ir a Jerusalén para celebrarla con sus
discípulos. Les advirtió que se acercaban tiempos difíciles.
Al llegar a Jerusalén, Jesús fue recibido con aclamaciones
y gritos de júbilo. Esta era la forma cómo se recibía a
personajes importantes, ya que muchos judíos estaban
convencidos de que Él era realmente el Mesías del que
habían hablado los profetas. “Salieron a su encuentro con
ramos y palmas, gritando:
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene
en nombre de Dios!
Jesús celebra la cena con sus discípulos ¡Bendito sea el rey de Israel!” (Jn
12, 13).
(Jueves Santo)
La fiesta de Pascua terminaba con la cena en que se
comía el cordero pascual, pan ácimo y verduras amargas.
Al iniciar la cena, Jesús realizó un gesto muy significativo:
les lavó los pies a sus discípulos, para enseñarles que
debían ser humildes y servidores unos de otros. Luego,
se despidió de ellos y les dejó su presencia, en los signos
del pan y el vino bendecidos y compartidos. Jesús les
encargó, además, que repitiesen esto en la celebración de
la Eucaristía, y les ordenó que se amaran como Él los había “Si yo, que soy el Señor y el
amado. Maestro, les he lavado los pies,
también ustedes deben lavarse
los pies unos a otros. Les he dado
ejemplo, para que ustedes hagan
lo mismo que yo he hecho” (Jn
13, 14-15).
“Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió y se
lo dio, diciendo: tomen y coman, esto es mi cuerpo que será entregado
por ustedes. Después tomó una copa de vino, dio gracias, se las
entregó diciendo: beban todos, porque esta es mi sangre, sangre de
la alianza nueva que será derramada por todos, para el perdón de los
pecados” (Mt 26, 26-28).