Page 96 - 5º BÁSICO
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Soy miembro de una comunidad
                                                                                 Una invitación a participar




                                              Profundicemos


                                              Cada uno de nosotros vivimos en una sociedad,
    96                                        compartiendo  diversos espacios comunitarios tales como
                                              la familia, el colegio y el barrio. Allí aprendemos a conocer
      Unidad 3                                a quien está a nuestro lado, a ponernos de acuerdo en
                                              el cuidado del entorno y la manera cómo nos vamos a
                                              relacionar, procurando  el bien común y la participación de
                                              todos.
                                              Sabemos que cuando hablamos de comunidad nos
                                              referimos a un grupo de personas que comparten una
                                              misma cultura y un mismo modo de vivir. Para ello es
                                              necesario ponerse de acuerdo en cómo van a relacionarse.
                                              Entonces se organizan y todos son invitados a participar
                                              en la creación de algunas normas de convivencia y en la
                                              solución de los problemas o dificultades que puedan ir
                                              apareciendo. De esa manera se genera una participación
                                              activa de todos los integrantes de la comunidad. Cada cual
                                              aporta con lo mejor de cada uno.
                                              Desde siempre el hombre se ha organizado para
                                              vivir armónicamente en comunidad.  Ya en el Antiguo
                                              Testamento, Dios se preocupa de que en la vida
                                              comunitaria de su pueblo exista preocupación por
                                              los demás, especialmente por los más débiles. En el
                                              tercer libro de la Biblia, llamado Levítico, se encuentran
                                              algunos deberes religiosos y sociales. Entre estos últimos
                                              encontramos el siguiente:

               “Cuando hagan la cosecha de sus tierras, no cosecharán hasta la última orilla del
               campo. No recogerás las espigas caídas. No regresarás para cortar los racimos que
               queden en tu viña ni recogerás los frutos caídos en tu huerto, sino que los dejarás
               para el pobre y el extranjero. Yo soy el Señor su Dios”.
                                                                                        (Lev 19, 9-10)
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