Page 113 - El Señor de los Anillos
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                   Conspiración desenmascarada
      L o mejor que podemos hacer es irnos también a casa —dijo Merry—. Hay algo
      raro en todo esto, me doy cuenta, pero habrá que esperar a que lleguemos.
        Doblaron  por  el  sendero  de  Balsadera,  que  era  recto  y  bien  cuidado,
      bordeado con grandes piedras blanqueadas a la cal. Unos cien metros más allá
      desembocaba en la orilla del río, donde había un ancho embarcadero de madera.
      Una balsa grande estaba amarrada a un lado. Los bolardos blancos brillaban a la
      luz de dos linternas instaladas sobre unos postes. Detrás, la bruma de los llanos se
      alzaba  por  encima  de  los  matorrales;  pero  delante  el  agua  era  oscura  y  unas
      espirales  como  de  vapor  flotaban  entre  las  cañas  de  la  orilla.  Parecía  haber
      menos niebla del otro lado.
        Merry llevó al poney a la balsa por una pasarela y los otros fueron detrás.
      Luego impulsó lentamente la balsa con un largo bichero. El Brandivino fluía ante
      ellos lento y ancho. Del otro lado la orilla era escarpada y un camino tortuoso
      ascendía  desde  el  embarcadero.  Allí  unas  linternas  parpadeaban.  Detrás,
      asomaba  la  colina  de  Los  Gamos  y  en  la  falda  de  la  colina,  entre  jirones  de
      niebla, brillaban muchas ventanas redondas, rojas y amarillas. Eran las ventanas
      de Casa Brandi, antiguo hogar de los Brandigamo.
        Mucho  tiempo  atrás,  Gorhendad  Gamoviejo,  cabeza  de  familia  de  los
      Gamoviejo, uno de los más viejos en Marjala o en la Comarca, había cruzado el
      río, límite original de las tierras orientales. Edificó (y excavó) Casa Brandi, tomó
      el nombre de Brandigamo y se estableció allí hasta llegar a ser el señor de lo que
      podía llamarse un pequeño país independiente. La familia Brandigamo aumentó
      y aumentó y luego de la muerte de Gorhendad continuó creciendo, hasta que
      Casa Brandi ocupó todo el pie de la colina y tuvo tres amplias puertas principales,
      muchas  laterales  y  cerca  de  cien  ventanas.  Los  Brandigamo  y  las  numerosas
      gentes  que  dependían  de  ellos  comenzaron  a  excavar  y  más  tarde  a  construir
      alrededor.  Este  fue  el  origen  de  Los  Gamos,  una  faja  de  tierra  densamente
      poblada, entre el río y el Bosque Viejo, una especie de colonia de la Comarca. La
      villa principal era Gamoburgo, que se apretaba en los terraplenes y lomas detrás
      de Casa Brandi.
        La gente de Marjala era amiga de la de Los Gamos, y los granjeros entre
      Cepeda  y  junquera  aún  reconocían  la  autoridad  del  Señor  de  la  Casa  (como
      llamaban  al  jefe  de  familia  de  los  Brandigamo),  pero  la  mayoría  de  los
      habitantes  de  la  vieja  Comarca  consideraba  a  la  gente  de  Los  Gamos  como
      singular y algo extranjera, por así decirlo, aunque en realidad no se diferenciaba
      mucho de los hobbits de las Cuatro Cuadernas. Excepto en un punto: eran muy
      aficionados a los botes y algunos de ellos hasta sabían nadar.
        El lado este de aquellas tierras no tenía en un principio ninguna defensa, pero
     	
