Page 7 - El Directorio Edicion 834
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Año 1976. Tiempo que vio nacer a Totti y a Ronaldo Na- zário; época en que las semi- llas germinaron a Giba; era donde James Hunt le despo- seyó el campeonato a Niki Lauda;
Hace 43 años transcurría un evento que dejaría un tatuaje en la historia del deporte. Eran los Juegos Olímpicos de Mon- treal, donde la inocencia se
La epopeya de Comaneci en
Reportaje
América
llo llamado Nadia Comaneci.
Silenciosa y cautelosa ru- mana, joven espiga de trigo que maravilló con sus emocio- nes en la justa olímpica de Montreal, un lugar con escepti-
La exquisitez de su acto y la claridad de sus movimientos dibujaron una prematura e in- comprensible situación en el tablero, el momento en que La Creación de Adán cobró vida en la Capilla Sixtina: el diez.
los testigos quedaron encanta- dos, sino también a los cientos de deportistas de otras discipli- nas que se habían dado cita en la ciudad canadiense. Era la primera calificación perfecta que se le otorgaba a un com-
petidor en Juegos Olímpi- cos.
Debutante en el certamen pero carismática en la grada. El público adoptó el valor y la habilidad prodi- giosa de la cría para enca- riñarse con ella; futura ovación que la reconoció como soberana emperatriz de la gimnasia. La de Onesti vertió una total adrenalina en el all-around individual al mostrar el brío de su sangre, hecho de la más delgada y frágil des- treza para escaparse sin sombra alguna de cada ru- tina.
convirtió en historia y las pupi- las en las primeras testigos de la gimnasta legendaria. A ma- nera de recuerdo, esta fue la epopeya surrealista.
Año 1976. Tiempo que vio nacer a Totti y a Ronaldo Na- zário; época en que las semi- llas germinaron a Giba; era donde James Hunt le despo- seyó el campeonato a Niki Lauda; espacio donde el Liver- pool cautivó cual Romeo en tierra de Shakespeare; ciclo embustero de ningún hombre pero sí de una mujer. Un mo- mento con dimensión de capu-
cismo bisiesto, donde se con- templó el mayor elogio a Zeus después de la comparsa tra- satlántica que realizó el fuego unificador desde el Olimpo.
Sobre los traspiés o penaliza- ciones hay que decir que ni si- quiera se supo si era capaz de tejer con el soplo. Una dificul- tad y ejecución de corte distin- guido. La única huella que dejó fue imprecisa pues la per- fección era su ilusión, sin em- bargo, no existía sensatez humana para comprenderlo.
La pulcra y romántica ac- tuación se acompañó de otras dos piezas: el salto de caballo y el ejercicio de suelo, prácticas que aun- que fueron superadas por oponentes, no nublaron la
Edición 834 Del 01 al 07 de agosto del 2019
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Nadia, elogio de la disciplina y del esfuerzo. Princesa del ino- cente atrevimiento femenino y dueña de la hazaña que grabó en el olimpismo, convirtién- dose en moza de lo imposible en una prueba de fe, donde el humano demostró que puede alcanzar la gloria sin ser omni- potente.
La obra presentada en las ba- rras paralelas y en la barra de equilibrio cautivó hasta la más apática mirada. No solo atrajo al Forum de Montreal donde
dorada que por determinación sería colgada en la pequeña Comaneci.
Catorce años le bastaron a Nadia para reservar un asiento en la inmortalidad de la histo- ria olím pica. El tiempo y la gimnasta tenían una cita, aun- que no sólo la época y el es- pacio lo sabían, sino ella también. Año 1976, absoluta- mente Nadia.
fuente: Aldo Casas