Page 7 - REVISTA DIRECTORIO COMERCIAL 727
P. 7

Lic. Leticia Moguel Díaz
¿QUÉ ESTOY HACIENDO AQUÍ?
Lecciones de vida
importantes, casi nunca la lógica está presente. Son cosas del cora- zón, de la intuición, o de la pasión, en donde no hay ni preguntas ni respuestas.
En no pocas ocasiones, buscamos afuera la respuesta a nuestras dudas. Preguntamos a los más cer- canos: familiares, amigos, compa- ñeros de trabajo o de estudio. Igualmente, en no pocas ocasiones, esas opiniones, lejos de darnos luz, nos confunden más.
Habrá casos en los que, por mu- chos motivos, no se puedan hacer cambios sustanciales. Sí los hay, y son muchos: por ejemplo, no pode- mos abandonar a la familia que for- mamos y que depende de nosotros. Entonces, aceptar las partes sin resolver, es necesario para una vida sin frustración. No le llamemos a esto resignación, por- que la resignación produce dolor. Llamémosle aceptación, y aprenda- mos a vivir con ella.
Es muy importante distinguir cuando nuestro deseo de cambio, se debe a la monotonía. Me le- vanto de la cama, voy a trabajar, como temprano, vuelvo a trabajar, regreso a casa y me voy a la cama. Si hacemos cambios por vivir en la monotonía, lo más seguro es que, la “nueva situación”, con el tiempo, ¡también llegue a ser monótona!...
Ningún momento es igual a otro. “Nadie se baña en el mismo río dos veces”, dijo Heráclito. No es fácil, pero podemos hacer el esfuerzo de que cada día sea distinto, aunque nuestras actividades sean rutina- rias. ¿Cómo?... desde que nos le- vantemos, pongamos la intención de que “este día” sea tranquilo, que sea hermoso, y verás que será así. Independientemente de lo que hagan o digan los demás. Dicen que la felicidad es un estado de paz. Y la paz está dentro, no fuera de no- sotros.
Tenemos libertad de elegir en dónde, cómo, y con quién vivir. Pero, la libertad tiene una llave de entrada. Esa llave es hacernos res- ponsables de nosotros mismos, de las decisiones que tomemos, y de las acciones que ejerzamos. le- tuch05@hotmail.com
Alguna vez,
todos nos
hemos preguntado quiénes somos, de dónde venimos, y a dónde vamos. Pero la mayoría de la gente
es- tacionados ahí. Hay que moverse. Hay que seguir. Hay que buscar otros caminos, otras posibilidades. No nos conformemos con lo que no nos gusta, con lo que no nos da la satisfacción
nas. Pero se dio cuenta de que estaba equivocado y entró en una crisis personal de la que no sabía cómo salir. La odontología, si bien es im- portante en cuanto a la salud de la gente, no lo es tanto como la me- dicina general. Es así que ingresó, entonces, a la Facultad de Medi- cina, obteniendo el título de Mé- dico Cirujano. Tal vez, este caso sea extremo, pero para el doctor Se-
deseada.
Si la vida cambia, un cambio de planes es muy sano. Lo que em- pecé con gusto, ya no me satisface. El mo- tivo no importa. No debo, entonces, obli- garme a continuar con un proyecto que no me llevará hacia
leny significaba todo en la vida.
deja de cuestionarse el motivo de la vida porque, los problemas que debemos solucionar día a día, ocu- pan el cien por ciento de nuestro tiempo.
La pregunta es: La realidad con la que estoy conectando... ¿Me llena?... ¿Me hace feliz?... ¿Me hace sentir bien?... Si la respuesta es sí, ¡Bien!... ¡Sigue así!... sea ésta de la índole que sea, religiosa, po- lítica, la que sea. Pero si la res- puesta es negativa, ¿qué estás haciendo con tu vida?... no lo per- mitas más, ¡cámbiala!
Todos podemos, de repente, en- contrarnos en esa difícil y dolorosa situación, y vernos obligados a in- ventarnos algo para revertirla, para poder seguir creciendo, evolucio- nando.
Vivir la vida, es estar realmente presente en aquello que estamos haciendo. Y únicamente estamos realmente presentes, cuando lo que hacemos nos complace. De no ser así, si mi realidad no me gusta, no estoy viviendo. Estoy dejando pasar la vida frente a mis ojos.
Proyectos, todos los tenemos. Al- gunos los llevamos a cabo. Que esos proyectos tengan éxito o que fracasen, es otra cosa. La idea es, que si fracasan, no nos quedemos
donde quiero llegar, sólo por el hecho de haberlo empezado. Por- que al final de la vida, la vida me lo va a reclamar.
Cuando por miedo, por inseguri- dad, por complacer a los demás, por cumplir lo que se espera de no- sotros en este modelo social, o por lo que sea, no hacemos el cambio que estamos deseando, nuestra vida se puede convertir en un in- fierno de frustraciones: viviendo en un lugar que no nos gusta; ha- ciendo un trabajo que no quere- mos hacer; viviendo con una persona con la que no queremos compartir; estudiando aquello que no nos interesa saber; etc.
Debemos ser sinceros con nosotros mismos antes que con nadie, y bus- car la brecha por la que nos poda- mos salir a tiempo. Antes de dejar pasar la vida ante nuestros ojos. Antes de que ya no haya tiempo para hacerlo.
Todos aquellos que están cansados de sufrir, de no tener una ilusión en la vida, de ir por el camino equivo- cado, pueden decir ¡YA BASTA!... Y PONER A TRABAJAR “EL MÚS- CULO” DE LA INTENCIÓN. Ese es el primer paso. Pero, ¡CUIDADO!... antes de hacer cualquier cambio, debes estar seguro de lo que quie- res. Seguro de que quieres cambiar de casa, o de trabajo, o de pareja, o de religión, o de carrera, o de lo que sea, para que la frustración no sea doble.
Otro aspecto es, cuando muchas de las cosas que nos fueron impor- tantes, dejaron de tener sentido. No es necesario buscar los por- qués, simplemente, sucede. No hay que buscar la lógica en esto, por- que, en las cosas verdaderamente
Edición 727 Del 13 al 19 de julio del 2017
El Directorio Comercial Latino de Montreal 7
Si en la terminal de transportes tomas un autobús que sabes que te lleva a tu destino, pero en el ca- mino recuerdas que has de llegar a otro lugar, no al que inicialmente pretendías, tú no continúas abordo sólo porque ya estás arriba. Des- ciendes y cambias de rumbo y de autobús. ¿O no?... así también en la vida.
No estamos hablando de falta de carácter, porque se necesita mucho valor para hacer cambios importan- tes. Tampoco estamos hablando de inestabilidad al abandonar un pro- yecto, cuando se han cumplido mu- chas otras metas. Estamos hablando de redirigir el camino cuando las condiciones iniciales, cambiaron. Aquello que en princi- pio me fue útil, no lo es más.
Tampoco podemos calificar de “error” por cambiar de decisión. Error sería continuar por un camino equivocado, que tal vez no fue equivocado en un principio, pero lo es ahora.
Recuerdo el caso de mi amigo, el doctor Alfonso Seleny. Terminó la carrera de odontología con la cual pretendía ayudar a muchas perso-


































































































   5   6   7   8   9