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Vázquez Aranda es coordina- dor municipal de la Alianza De- mocrática Oriental (ADO) en Palma Soriano. En la actuali- dad tiene tres notificaciones de multas: dos de 2 mil pesos cu- banos y una de 30, expedidas bajo el Decreto-Ley 272. Artí- culo 17, inciso N, y se aplica por afear el ornato público.
“He puesto carteles”, dijo Váz- quez y enumera de una larga lista los siguientes: ¡Libertad para los presos políticos!, ¡No más comunismo! ¡Abajo el hambre!
Los escribió en las paredes, sobre la propaganda por los supuestos logros de la revolu- ción cubana, en su barrio y a las afueras de la localidad. ¿Por qué lo hace?
“No me da miedo, lo que me da es deseo de seguir dándole información al pueblo sobre todo lo que sucede, para ver si así despertamos y despierta el pueblo de tanto letargo de vivir en dictadura”, concluyó.
Diez mil pesos de multa por escribir lo que piensan
Roberto Perdomo Fuentes y Roilán Álvarez Rensoler son residentes en el municipio “Mella”, de la misma provincia. Deben 10 mil pesos cada uno.
Las penalidades de estos dos opositores están divididas en dos tickets de 2 mil y 2 de 3 mil pesos cubanos. Perdomo se siente en medio de toda regla legal para hacer lo que hace.
“Yo no estaba cometiendo nin- gún delito, estaba ejerciendo mi derecho poniendo grafitis en la calle”, dice Perdomo y culpa del hostigamiento a la policía política y organismos del gobierno.
“Es un trabajo que hace la Se- guridad del Estado de conjunto con los Inspectores Generales
Integrales, que se aprovechan del poder de la dictadura fé- rrea que tienen aquí en la isla”, finaliza.
"Yo he puesto miles de carte- les"
Álvarez Rensoler, de 45 años, ha sido pescador y ha traba- jado por cuenta propia. En nu- merosas ocasiones ha pintado letreros que movilizan a las fuerzas policiales, y aunque el decreto legal dice que afea el entorno, él piensa lo contrario.
“Yo pienso que no es afear el ornato público porque la dicta- dura se encarga de poner car- teles de viva el dictador Fidel Castro, viva Raúl; entonces nosotros como cubanos tene- mos ese derecho también, de revelarnos, de contestarles de alguna forma”, puntualiza.
Cuando tiene que responder cuántos y qué carteles son de su autoría, suelta una carca- jada y exagera un poco, como cualquier cubano. “Yo he puesto miles de carteles, como aquel que dice (ríe). Yo sí los he puesto... y los voy a seguir poniendo. He puesto ¡Abajo la dictadura!, ¡Libertad para el pueblo de Cuba!, ¡Salario justo!”, confiesa.
hace: “Es el trabajo de los acti- vistas acá en Cuba, que que- remos la libertad y amamos la libertad del pueblo cubano. Queremos que en un futuro, este pueblo (en el) que mu- chos nos reprimen hoy, vea cuál fue el sacrificio de noso- tros, por qué luchábamos y qué queríamos”, finalizó.
Campesinos, con derechos... y sin miedo
Alexis Santana González (43 años), activista del Movimiento Cubano Reflexión (MCR), re- side en Rodas, Cienfuegos. Fue campesino, pero al morir su padre no pudo seguir cose- chando la tierra. Ha hecho la- bores de albañilería, pero asegura que la policía se en- carga de atemorizar a los pocos clientes que consigue.
El miedo no es un obstáculo para Santana González a la hora de escribir las paredes del pequeño pueblo de Rodas, indica que lo hace en apoyo a sus compañeros de causa. “Vamos con temor a que nos sancionen, pero tenemos que hacerlo, pero si no el pueblo no sabe por qué estamos de- tenidos, y el motivo es ese”.
Santana dice que ha tenido suerte, hasta el momento solo ha sufrido amenazas y algu- nos empujones cuando lo han llevado por la fuerza a la esta-
Mundo
ción policial por distribuir vo- lantes. En ellos que pide que se acabe el hambre en Cuba o cesen los atropellos.
“Han querido ponerme multas hasta de doscientos pesos, pero ellos saben que yo no voy a permitir eso, no lo voy a pagar”.
"Pura adrenalina", así lo des- cribe Eliover Castillo Jova, campesino de 44 años, resi- dente en Cumanayagua, Cien- fuegos y también integrante del MCR.
“Para mí es una fuerza, algo que me estimula, que me da valor”, señala.
En 2012 Castillo Jova fue acu- sado de “violación de domici- lio”, recién empezaba en la oposición y fue el delito que encontraron –afirma- para en- volverlo en una causa común y no política. De ese entonces Castillo lamenta que no con- tara con una cámara para gra- ficar lo que pinta en las paredes, como ahora, con el teléfono como arma.”
“Anteriormente no tenía un móvil con qué tomar las prue- bas. Ya no, ya las cosas han cambiado”, dice y promete postear en redes sociales los carteles que pinte en lo ade- lante.
En 2012 Roilán y el activista Agustín Ferrer fueron sorpren- didos por la policía cuando po- nían un cartel en el
municipio Contramaestre, la golpiza fue brutal, asegura.
Edición 854 - Del 26 al 31 de diciembre del 2019
El Directorio Comercial Latino de Montreal 9
"Fuimos asediados, golpea- dos fuertemente. Perdí (le afectó) el lagrimal del ojo iz- quierdo, por la paliza que me dieron los comunistas, pero el trabajo se hizo, que era que el pueblo viera que se inundó Contramaestre de carteles”, recuerda Álvarez Rensoler.
Más allá de los atropellos y las detenciones que ha su- frido, Álvarez cree en lo que