Page 6 - Edicion 940
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Finanzas
 Migrantes en peligro en la selva del Darién en Panamá
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El Directorio Comercial Latino de Montreal
(Bajo Chiquito) Cuando Moise Cliff Raymond llega cubierto de barro al río Tu- quesa, se zambulle allí para lavarse después de cinco días caminando por la pan- tanosa selva del Darién para cruzar la frontera entre Co- lombia y Panamá.
Como él, cientos de migran- tes, muchos haitianos y cu- banos, enfrentan cada día los peligros de esta peli- grosa expedición al primer pueblo, Bajo Chiquito, guia- dos por la esperanza del sueño americano.
“El viaje fue muy duro por- que es un camino largo. Hay muertos, muchos no han lle- gado tan lejos. En mi opi- nión, es la fe en Dios lo que nos ha ayudado ", dijo a la
AFP el haitiano de 29 años, con una gorra rasta jamai- cana.
Para él esto es solo un paso adelante: “Me voy a Estados Unidos. Ese es mi objetivo. Allí podré hacer realidad mis sueños, encontrar un buen trabajo ”, espera.
Otros migrantes, quizás un poco más ricos, con niños en brazos, llegan a bordo de canoas, como Peter, de 29 años, con su hija de tres. " Es así. Tienes que hacerlo si quieres una nueva vida. Es muy difícil para nosotros los haitianos ”, explica.
entre Colombia y Panamá.
La Carretera Panamericana, que conecta Alaska con Tie- rra del Fuego, llega a un abrupto final a ambos lados de la frontera: los pantanos del Darién barren el istmo por unos 160 km entre las costas del Atlántico y el Pa- cífico. Entre Panamá y Co- lombia, son unos cincuenta kilómetros de jungla panta- nosa sin ninguna infraestruc- tura de transporte: camiones y automóviles tienen que sortearla a bordo de trans- bordadores.
Cruzar el Darién es uno de los viajes más peligrosos del mundo, según UNICEF.
Sin embargo, desde princi- pios de año, han cruzado 64.000 migrantes, incluidos
18.000 en agosto, según el ministro del Interior de Pa- namá, Juan Pino. La mayo- ría son haitianos, confirma.
Ante este flujo incesante, las autoridades panameñas y colombianas han acordado permitir el paso de medio mi- llar por día durante el último año.
El "tapón de Darien"
Para llegar al Bajo Chiquito, una aldea indígena de la etnia Embera, la primera zona habitada que emergió de las marismas, los migran- tes debían caminar 12 horas al día, desde el amanecer hasta el anochecer.
Todos los supervivientes de la selva hablan de ataques, asesinatos, violaciones, co- metidos por bandas organi-
El domingo, unos 580 mi- grantes lograron cruzar el “tapón del Darién”: 575.000 hectáreas de selva a caballo
Bandidos en camino
  Edición 940 - Del 2 al 8 de setiembre del 2021













































































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