Page 9 - Edicion 822 El Directorio
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Danielle Hoffmeester, del Ins- tituto para la Justicia y la Re- conciliación (IJR) en Sudáfrica, está de acuerdo. Ella cree que la violencia de género está directamente re- lacionada con la forma en que los hombres son sociali- zados desde niños y a su in- capacidad para cumplir con las estrictas reglas de la masculinidad tradicional afri- cana.
Pero para Alphonse estas ini- ciativas abordan los sínto- mas en lugar de las causas fundamentales de la violen- cia sexual.
Alphonse está decidido a lle- gar a "todos los hombres" en República Democrática del Congo con su filosofía de masculinidad positiva. "Soñamos con ver el final de todas las formas de violencia en este país, para que poda- mos construir una sociedad para hombres, mujeres, niños y niñas", dice.
*Este artículo es parte de la serie BBC Africa Eye sobre la masculinidad en África mo- derna. Para ver más, visite la página de YouTube de la BBC de África (en inglés).
"Todavía tengo episodios psi- cóticos": el testimonio de la sobreviviente de una escalo- friante red de abusos sexua- les en Reino Unido
"Estamos luchando contra la violencia basada en el gé- nero", dice.
"Tenemos que involucrar a hombres y niños que son parte del problema, para que tengan un espacio para cam- biar las cosas porque tienen influencia en la comunidad". Qué es el suicidio feminicida y por qué El Salvador es el único país de América La- tina que lo condena
"Proveer es muy importante en la virilidad y la incapaci- dad de los hombres de man- tener a sus familias llevó a muchos de ellos a compen- sar este 'fracaso' con mane- ras frecuentemente tóxicas y violentas", dice.
Y eso es exactamente lo que Alphonse y sus colegas hicieron.
Han creado la Baraza Badi- lika, una versión contempo- ránea de antiguos espacios de reunión donde los hom- bres se juntaban para resol- ver los problemas de la comunidad e iniciar a los
"A veces le pegaba a mi novia, y era para que ella se disculpara. Recuerdo que un día, cuando aún éramos niños, tuve una pelea con mi hermana y le lancé un cuchi- llo".
Las iniciativas contra la viola- ción que han tratado de com- batir la violación en África se han centrado típicamente en las mujeres que son la mayo- ría de las víctimas y a los hombres se los excluyó por- que suelen ser los perpetra- dores.
"Por supuesto que no es (un cambio) 100%, somos huma- nos, pero muchas cosas me- joraron dramáticamente. Ahora tenemos conversacio- nes y nuestra relación sexual mejoró mucho".
Mundo
 mocrática del Congo es mucho más profunda, según Ilot Alphonse, cofundador de la ONG "Congo Men's Net- work" (Red de Hombres del Congo), con sede en la ciu- dad de Goma, muy cerca de Rutshuru.
"Cuando hablamos de violen- cia sexual solo en el contexto de un conflicto armado, esta- mos un poco perdidos", dice. "Él me pega, me encierra, me quiebra los teléfonos" "Hemos heredado esta forma de tratar a las niñas como asúbditos. Los hombres creen que tienen derecho a tener relaciones sexuales todo el tiempo. La causa de la violencia sexual es el poder y la posición que los hombres congoleños siempre han querido mantener".
ron, en casa nos golpearon, y en el pueblo organizamos sesiones de lucha", describe. "Una mujer decente no debe vestirse provocativamente": el estudio que revela cómo muchas adolescentes de América Latina justifican la violencia de género Alphonse señala que interna- lizó la violencia que más tarde se convirtió en una ma- nera de comunicarse.
niños a la virilidad.
Según Alphonse, con los su- cesivos conflictos que arra- saron aldeas y destruyeron vidas, estos espacios fueron casi erradicados, lo que llevó a la falta de modelos mascu- linos para los hombres jóve- nes.
Mientras que a la tradicional Baraza Badilika (que en es- pañol significa algo como Círculo de Cambio) solo asis- tieron hombres, esta nueva reunión del siglo XXI otorga a las mujeres roles de lide- razgo.
"Es realmente el momento de que las mujeres invadan estos espacios", sostiene Alphonse.
"Maridos cambiando"
Cada semana, alrededor de 20 hombres se reúnen en la Baraza durante dos horas para aprender sobre masculi- nidad positiva, igualdad de género y paternidad.
Los talleres son supervisa- dos por un facilitador hombre y una mujer, que utilizan pelí- culas, libros ilustrados y se- siones de psicodrama para "reconfigurar los cerebros" de los que ejercen violencia sexual.
Las mujeres asesinadas cada día en todo el mundo (y dónde son más vulnerables) Alphonse dice que la mayo- ría de las mujeres le dicen
que sus maridos han cam- biado después de asistir a los talleres.
"Dicen: 'Fuimos al imán, a los pastores, a los jefes tradicio- nales, pero él no cambió. Fue arrestado varias veces, pero no cambió. De repente, veo que no es violento y llega a casa en horario'". Bagwiza también recorrió un largo camino desde que gol- peó a su esposa embara- zada.
  Involucrar a las mujeres en las discusiones
Ilot Alphonse dice que fue en el pasado tanto perpetrador como víctima de violencia. "En la escuela nos golpea-
Edición 822 Del 07 al 13 de mayo del 2019
El Directorio Comercial Latino de Montreal 9
  



































































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