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Argentina
Gopar, esposa del cabo principal, Fernando Gabriel Santilli.
“Vine por primera vez a la base (naval) y me acabo de enterar que soy viuda”, dijo Gopar ahogada en lágrimas. La mujer relató que ante la terrible noticia en la base “me dieron un vaso de agua y una pas- tilla para la presión. Esa fue toda la contención”.
“Son perversos y nos manipularon. Ellos sabían (que el submarino había explotado). La gente se puso agresiva al enterarse”, comentó fuera de la base naval Itatí Legui- zamón, abogada y esposa de Ger- mán Suárez, radarista del ARA San Juan.
Leguizamón dijo que las autorida- des les confirmaron que hubo una explosión en el Atlántico el 15 de noviembre, apenas horas después de que la nave enviara su última comunicación. “El submarino des- cendió a 3.000 metros y eso es todo lo que saben (...). No fue lo- calizado, pero dicen que está a 3.000 metros”, aseguró.
El padre de uno de los hombres a bordo del San Juan entregó una versión más categórica al perio- dista Luis Majul en radio La Red. “El jefe de mi hijo me confirmó que están todos muertos, porque la explosión fue a los 220 metros de profundidad hace una semana, ocho días. Es básico, no hay mucha vuelta para darle. Explotó a más de 200 metros de profundidad y no hay ser humano que sobreviva a eso”, completó.
“Se hizo una búsqueda para que- dar bien, porque mandaron una mierda a navegar. En 2014 ya había tenido problemas porque no pudo emerger y eso no trascendió. Ahora no me importa que se sepa todo si total él ya no está”, afirmó la esposa del radarista del subma- rino. “Él estaba preparado para la muerte. Siempre se confesaba y estaba en paz. Él estaba listo”, dijo Leguizamón.
Profundidad de colapso
Sobre lo sucedido con el ARA San Juan, Balbi pre- cisó que si un submarino sufre una explosión “no va a terminar nada flo- tando en superficie”. Un submarino “implota, no hay nada que salga” a la superficie, dijo.
“Un grave problema con las baterías (de los sub- marinos) puede generar hidrógeno. Hidrógeno por encima de cierto porcentaje es explosivo. Explota por sí mismo. Si hubieran tenido una ex- plosión (...) entonces todo está perdido”, ex- plicó a France Presse un ex comandante de sub- marino que pidió anoni- mato.
En tanto, el capitán reti- rado James H. Patton Jr., presidente de la consul- tora Submarine Tactics and Technology, señaló a The Associated Press que “si un submarino cae por debajo de su profundi- dad de aplastamiento (profundidad máxima de inmersión) implosiona- ría, colapsaría”. Al res- pecto, el capitán de navío Alejandro Cuerda, comandante de la flotilla de submarinos de Es- paña, dijo al diario La Vanguardia que un sub- marino como el San Juan deja de ser operativo cuando se superan los 275 metros de profundi- dad “y entra en colapso entre los 500 y 600”. El casco no resiste y re- vienta.
Edición 746 Del 23 al 30 de Noviembre del 2017
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