Page 7 - Edicion 729 de El Directorio Latino
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La palabra lector define a una persona que lee en silencio o en voz alta, para sí mismo o para otros.
La lectura es, sin lugar a dudas, el medio por el que tenemos acceso práctica- mente a todo conocimiento. No tene- mos más que abrir un libro, revista, periódico o el internet, para que se nos abra una gama inagotable de posibilida- des de información.
Actualmente existe en el mundo el mayor número de lectores como nunca antes en la historia ha habido, debido, precisamente, al internet... Pero... ¿qué es lo que lees?
“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas perso- nas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran", decía André Gide.
En México, hace algunos años se escu- chaba en la radio y en la televisión decir “lee lo que sea, pero lee”, de inicio, es una invitación amable a la lectura, pero nada responsable si lo que se pretende es cultivar a un pueblo. A los gobiernos, y por añadidura, a los medios de comu- nicación manejados por los gobiernos, les conviene que el pueblo permanezca lo más ignorante posible para poder manejarlo a discreción.
Leer, no debe ser solo la interpretación de los signos que forman las palabras para interpretarlos mentalmente, o tra- ducirlos en sonidos a través de voz. Leer debe ser un acto dinámico, vivo, que permita al lector aprehender (entender o discernir algo) la significación pro- funda de lo que se lee.
Los cinco sentidos físicos que tiene el ser humano, le permiten tener acceso y conocer todo lo que existe en el mundo, sea tangible o intangible. Nues- tro cuerpo se alimenta, física, emocio- nal y espiritualmente, de todo lo que ingresa a él a través de nuestros cinco sentidos.
A través del sentido del gusto ingresa a
nuestro cuerpo todo aquello que elegi- mos para comer o beber, y si tenemos la oportunidad de escoger, elegimos lo más sabroso, lo más sano, lo mejor.
lo que nos gusta, también debemos ele- gir lecturas de calidad para que alimen- ten nuestro espíritu, y nuestro intelecto. Al respecto, Rubén Darío decía que "El libro es fuerza, es valor, es alimento, antorcha del pensamiento, y manantial del amor".
Decía en el inicio, que actualmente hay millones de lectores más que nunca antes en la historia del ser humano. Esto debido al internet. Podría decirse, que millones de seres humanos, sobre todo jóvenes, pasan la mayor parte del día escribiendo y leyendo, pero escri- biendo y leyendo lo que se escribe y se lee en internet. Las llamadas redes so- ciales están formadas por millones de personas que, ante la necesidad de per- tenencia, visitan y habitan la mayor parte del tiempo, en estos espacios vir- tuales.
No intento satanizar las comunicacio- nes a través de internet, pero, por un lado, la calidad de lo que se escribe y de lo que se lee en los llamados chats, y por otro, las horas que se “invierten” en tales conversaciones, son un terrible desperdicio de facultades y tiempo en la vida de la actual juventud. Esto es leer “cualquier cosa”, como recomen- daba aquella publicidad en México: “lee lo que sea, pero lee”.
¿Cómo y qué puedo empezar a leer?... Hay que tomar en cuenta la edad, el nivel académico, los gustos personales, principalmente, y aquí es en donde en- contramos uno de los grandes y mara- villosos beneficios del internet. Ahí existen miles y miles de libros que se pueden obtener gratuitamente. Enton- ces, no existe el pretexto de la econo- mía para decidirse a leer.
El tiempo podría ser otro pretexto para no leer. De las 24 horas del día ¿no ten- dremos media hora para dedicarla a la lectura?... en un principio, tal vez se haga difícil “robarle” esos valiosísimos minutos a las actividades cotidianas, pero conforme se empiece a formar el hábito, emplearemos más y más tiempo en la gratísima actividad de leer. Decía Nicolás de Avellaneda: “Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él”.
Hay tres cosas a las que nadie nos puede obligar: a amar, a soñar y a leer. Las tres vienen del interior. Nacen de la necesidad. Mucha gente no lee, no tanto por no querer hacerlo. Más bien, les falta una pequeña chispa que de- tone su deseo y después su amor por
Lic. Leticia Moguel Díaz
Lecciones de vida
DIME QUE LEES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES
los libros. Este trabajo intenta ser esa chispa por la que algunos o muchos se decidan a intentarlo.
En muchas ocasiones he leído textos bajados de internet, pero nunca podré disfrutar su lectura tanto como lo hago con el texto físico en mis manos. Leer un libro en internet, y leer un libro de papel, lo comparo con recibir un mail y recibir una carta por correo. ¡La diferen- cia en enorme!... tanto el libro como la carta de papel, tienen vida, olor, peso, color... Tener y disfrutar los libros física- mente, añade un placer más al hecho mismo de su lectura. “Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar" – decía Harriet Beecher Stowe.
Un libro es una gran compañía, un amigo fiel que nunca decepciona.
Comparto con ustedes hermosas frases que se han escrito respecto a los libros, la lectura y el conocimiento:
JORGE LUIS BORGES: “De los diversos instrumentos inventados por el hom- bre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
MONTESQUIU: “El estudio ha sido para mí el principal remedio contra las preo- cupaciones de la vida; no habiendo te- nido nunca un disgusto que no me haya pasado después de una hora de lec- tura”.
TOMÁS DE KEMPIS: “He buscado el so- siego en todas partes, y sólo lo he en- contrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos".
CICERÓN: “Si cerca de la biblioteca te- néis un jardín ya no os faltará de nada".
PROVERBIO HINDÚ: “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”.
ANDRÉ MAUROIS: “Un libro es un re- galo estupendo, porque muchas perso- nas sólo leen para no tener que pensar”.
SANTA TERESA DE JESÚS: “Lee y condu- cirás, no leas y serás conducido".
letuch05@hotmail.com 561
El sentido del olfato nos aleja de los olores desa- gradables y nos hace ele- gir nuestros aromas favo- ritos. El sen- tido del olfato es ve-
Edición 729 Del 27 de julio al 2 de agosto del 2017
El Directorio Comercial Latino de Montreal 7
cino muy cercano del sentido del gusto, por ello es que antes de comer algo, lo olfateamos primero, si nos gusta su olor lo comemos, si no, ni siquiera lo proba- mos. ¿Hay alguien a quien le guste es- cuchar reproches, insultos, lamentos, quejas, gritos?...Por el oído discrimina- mos lo que no queremos escuchar. Si en una conversación se están tratando temas densos, desagradables, o simple- mente que nos incomodan, podemos escuchar o no. Simplemente, nos aleja- mos. El tipo de música que nos gusta, nos identifica y acerca a quienes disfru- tan también del mismo estilo.
Muchas sensaciones agradables o desa- gradables se producen en nosotros a través del sentido del tacto, como son el frío o el calor, las caricias, las telas con las que nuestra piel se siente a gusto, la temperatura del agua con la que nos bañamos, el goce de un rico masaje. Toda nuestra piel conforma el sentido del tacto, y también discrimina lo que le gusta de lo que le disgusta.
El sentido de la vista es un portal muy importante por el que ingresa a nuestro cuerpo todo lo que está al alcance de nuestros ojos. También es selectivo. Elegimos tal o cual película, la ropa para vestirnos, los objetos que decoran nuestro entorno, el paisaje favorito, y desde luego, la lectura que más nos gusta. Sin embargo, En ocasiones debe- mos leer algo que nos desagrada, como pueden ser, textos obligados por nues- tros estudios, profesión o trabajo; pero fuera de eso, leemos principalmente lo que nos gusta.
Este es el punto basal que nos ocupa. ¿Qué leemos? ... y si no comemos cual- quier cosa; si no nos gusta escuchar in- sultos, gritos, ruido; si nos alejamos de lo que huele mal; si rechazamos lo que lastima o desagrada a nuestra piel... ¿por qué, entonces, leemos cualquier cosa? La lectura también es alimento, por lo que debemos elegir, no nada más