Page 5 - Edicion 729 de El Directorio Latino
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caserío se construían varios más que adoptaban el nombre del caserío original, convertido ahora en barrio, más otro ele- mento que define a la propia casa. Esto produce apellidos especialmente largos, como Barinagarrementeria, Gerena-
gatzaurtunduagoienengoa (25).
La muerte de una historia
El origen toponímico brinda, además, otra singularidad a los apellidos euskaldunes: hay muchos, una variedad muy su-
Europa
Lo que está claro es que per- sonas como Flavio Magunagoi- koetxea o Andoni Agirregomezkorta llevan sus apellidos con indisimulado or- gullo. Al primero, le conectan
ejemplo que aparece en el ca- llejero de Bilbao. Muchos de los que aparecen en el nomen- clátor de la Real Academia de la Lengua Vasca ya no están en uso o sobreviven solo en América, a veces sometidos a mutaciones.
motivos invocados.
barrena, Zengotitagoitia, Uri- beetxebarria...», desarrolla Gorrotxategi. El Duranguesado es una comarca particular- mente propensa a este tipo de nombres de familia, que ponen a prueba las casillas de los for- mularios.
Circula por internet la informa- ción de que el apellido vasco más largo que se ha registrado es nada menos que Buriona- gonatotorecagageazcoechea, que supuestamente pertenecía a un funcionario del Ministerio de Finanzas de la segunda mitad del siglo XIX, pero el ex- perto no da crédito a este dato. «No me lo creo», descarta. En el catálogo de apellidos recopi- lado por Euskaltzaindia, ni si- quiera los de mayor longitud alcanzan los treinta caracteres: ahí están, por ejemplo, Etxe- barrietaaltaleorraga (24) o Pa-
perior a la de otras regiones. «Al ser nombres de caseríos, acaba generándose una canti- dad extraordinaria. Tenemos muchos apellidos distintos por kilómetro cuadrado, y eso im- plica una consecuencia trá- gica: al llevarlos muy poca gente, muchos apellidos han desaparecido», lamenta Go- rrotxategi. Muchas veces, esas esquelas que llaman la aten- ción por la prodigiosa exten- sión de un apellido o por su rareza no dan cuenta solo de la muerte de la persona, sino también del apellido en sí. El Instituto Nacional de Estadís- tica mantiene un buscador de frecuencias, donde se puede comprobar, por ejemplo, que quedan once personas con Mañarikua como primer ape- llido y otras veinticuatro que lo llevan con la grafía castellani- zada, Mañaricúa, por citar un
«Cuando un apellido empieza a tener menos de cien perso- nas, puedes pensar que no tardará en desaparecer: la mitad serán mujeres, que, aun- que la ley lo permita, no pon- drán su apellido a la descendencia más que en algún caso contado. Es la muerte de una historia de cien- tos de años», lamenta el ex- perto de Euskaltzaindia. En estos casos, el Registro con- templa la posibilidad de alterar el orden de los apellidos para evitar su desaparición: una persona podría adelantar, por ejemplo, el apellido de su abuela materna, pero es una opción muy poco conocida y que casi nunca se lleva a la práctica. Las cifras exactas no se conocen, porque el Ministe- rio de Justicia no desglosa los cambios de apellido según los
con aquellos parientes de an- taño que partieron de Artzenta- les y de Otxaran, dos rincones que por fin tuvo la oportunidad de visitar hace algunos años. «En realidad, la mayor dificul- tad que me ha causado mi apellido fue la de aprender a escribirlo cuando tenía 5 años», se ríe. Y el actor donos- tiarra nunca se ha planteado seriamente acortarlo, por mucho que ello pueda resultar en un nombre artístico más es- cueto y facilón: «Me lo propuso alguien en mis inicios y me lo pensé un poquito, pero ense- guida llegué a la conclusión de que, si Schwarzenegger ha lle- gado donde ha llegado aunque casi nadie lo sabe escribir co- rrectamente, ¿por qué iba a cambiar yo?».
Edición 729 Del 27 de julio al 2 de agosto del 2017
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