Page 18 - Edicion 820 El Directorio
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Salud
cando es ‘destruir’ a la otra per- sona. No son conscientes de lo que significa esta denuncia falsa”, que en muchos países, incluyendo España, está tipifi- cado como delito.
“¡Vengan cuanto antes por favor!”
Cuando Pablo* le dijo a Este- fanía* que había decidido romper con su relación y que se iba de la casa, ella reac- cionó con ira.
que no lo iba a arrestar y que, de hecho, la podían detener a ella”.
Pero Pablo “no quiso denuncia- rla”, según afirma la abogada,
“No quería perjudicar a la madre de sus hijos para evitar- les un sufrimiento”.
Eso ha salvado miles de vidas, no sólo de mujeres sino de niños.
Pero algunos juristas cuestio- nan el peso que, en algunos casos, se le da a la palabra de la mujer cuando hace la denun- cia y advierten de que puede afectar la presunción de in- ocencia del hombre acusado.
En una época en que muchas mujeres denuncian la violencia por parte de sus parejas o ex- parejas y hay un importante ac- tivismo para combatir los feminicidios a través de movimientos como Ni Una Menos o Vivas Nos Queremos, y otras han logrado visibilizar el acoso masculino con la cam- paña “Me Too” (Yo También), la credibilidad de alguien señal- ado como maltratador puede llegar a ser casi nula.
El caso que me cuenta Lucía* ilustra esa controversia.
“Mi hermana denunció a su es- poso por malos tratos, pero en casa todos sabíamos que era mentira y así se lo hicimos saber a la policía. Ella siempre ha sido una persona muy agre- siva, hizo de mi infancia un cal- vario. Yo la había visto tratar a mi cuñado, le llamaba cosas horribles. Sabía que a algunas de sus exparejas las había agredido físicamente”, confiesa.
“Mi madre le suplicó al comisario que lo de- jara en libertad y final- mente lo liberaron, pero le pidieron que no volviera a la casa donde vivían juntos”.
Cuando Lucía, quien se encontraba en otra ciudad, le pidió a una amiga que lo acogiera por una noche, su re- spuesta la decepcionó. “En cuanto mencioné la palabra ‘denuncia por malos tratos’ nadie quiso acogerle. Daba igual cuanto insistiera yo en que la denuncia
era falsa, nadie lo creía. Se trataba de una ciudad pequeña y pronto empezaron a llegarme rumores de que mi cuñado tenía un apodo: ‘el maltratador latino'”.
“Mi hermana, en cambio, fue a una asociación de mujeres que la apoyó incondicionalmente, dieron por buena su versión sin ninguna reserva. Pero la víc- tima era él, primero de sus hu- millaciones, después del escarnio público, después en varios juicios. Hasta tenía le- siones infligidas por ella”.
“Mucha gente se metió a de- fender que ella se quedara con la custodia total de mi sobrino, que entonces era un bebé, y que al padre debían negarle la residencia en España y privarle de ver a su hijo”.
“No se daban cuenta de que en lugar de proteger al niño lo es- taban condenando a estar con una persona desequilibrada y agresiva”.
Tras la intervención de los ser- vicios sociales, un juez decidió darle la custodia del pequeño al padre porque “se observaron serias deficiencias en el cuidado del niño cuando la madre estaba a su cargo, y lo contrario cuando el niño era cuidado por el padre”.
 “Si él no hubiese grabado (en secreto) lo que pasó, su deten- ción hubiese sido inminente”, indica Echeverri, que además
de colega de Pablo era su amiga y conocía a la pareja.
  Empezó a tirar los libros, los adornos de la casa, las lám- paras, las fotos, los cuadros, los muebles.
“Mientras tanto su esposo hacía la maleta”, me cuenta la abogada española Helena Echeverri, quien tiene 22 años de experiencia en derecho penal y familiar y ha ejercido como profesora universitaria de Derecho en España.
Estefanía llamó a la policía: “¡Vengan corriendo, rápido, mi marido me está agrediendo! ¡Vengan cuanto antes por favor!”
Cuando llegaron los uniforma- dos, relata Echeverri, la mujer abrió la puerta y les dijo: “¡Miren todo lo que ha hecho!”
Pablo tenía otra versión: “Agente: antes de que me de- tenga quiero que sepa que lo tengo todo grabado. Aquí está la grabación para que la vea. Ya se la mandé a mi abogada”.
Tras verla, “el agente indicó
una mujer tan dulce y aparente- mente tan sensata y equilibrada como ella podría llegar a esos extremos“.
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“Me impactó muchísimo porque nunca me lo pude imaginar de ella”.
“Sabes cuando a veces dicen: ‘Es increíble. ¡Cómo ese hom- bre pudo haber sido un mal- tratador con su mujer o con sus hijos si parecía ser muy buena persona’. Yo tampoco me pude imaginar nunca que
El maltratador latino
Determinar cuándo una denun- cia es falsa y cuándo es real es un asunto muy complejo, entre otras cosas porque los casos de violencia contra la mujer suelen ocurrir en entornos pri- vados y no siempre se cuenta con evidencia física o con testi- gos, lo que hace que sea difícil determinar lo que realmente pasó.
Además, muchas veces, la agresión es psicológica, verbal o emocional y no deja huellas en el cuerpo.
Tras décadas de violencia con- tra la mujer y feminicidios en todo el mundo, los sistemas policiales y judiciales de dece- nas de países han adoptado mecanismos legales para pro- teger a las denunciantes in- mediatamente después de que hacen la denuncia.
   Catalogo multiservicio
  Edición 820 Del 24 al 30 de abril del 2019
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