Page 16 - Edicion 820 El Directorio
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Mundo“Le pidió a una amiga y a su novio que la golpearan” para culpar a su expareja: el trágico submundo de las denuncias falsas
Pero había algo que no ter- minaba de convencer a Alicia, quien ha ejercido el derecho por más de una década.
Su sospecha no se basaba únicamente en lo que le dijo el acusado y en su experiencia con él durante el proceso de separación.
“Es que llegar a ese nivel de agresividad no era lógico”, me dice.
Tenía que haber algo más.
Intuía que la amiga de la de- nunciante escondía algo.
Y no se equivocaba. Cuando salían del juzgado, la joven no aguantó y le contó el secreto.
“Me confesó que mi clienta le había pedido a ella y a su novio que la golpearan”.
“Lo hicimos nosotros. Nos costó muchísimo pegarle. ¡Imagínate, es mi amiga!’, me dijo”.
La abogada decidió retirarse del caso.
“Le dije a mi clienta que no podía colaborar con que una persona inocente fuese envi- ada a prisión (...) y le acon- sejé que desistiera de continuar con la denuncia“.
La mujer entendió su decisión, pero no siguió su consejo y el caso pasó a manos del minis- terio fiscal.
“Hasta el último minuto ella aseguró que él la había gol-
   de violencia domésticaPero lo que descubriría después, la perturbaría
  aún más.
El secreto
La mujer afirmaba que su excompañero había ido a la casa donde ella vivía y la había golpeado.
Después, aseguraba, él se fue y ella fue auxiliada por su mejor amiga y el novio de esta última.
 En efecto, cámaras de cir-
 En un mar de denuncias y casos trágicos, que muchas veces terminan en femini- cidios, se logran colar acusa- ciones falsas de mujeres. Son excepciones absolutas, pero el impacto para los afectados dura toda la vida. Probar la in- ocencia de hombres acusados falsamente de violencia de género puede llegar a ser im- posible.
que él la había golpeado y que quería que la represen- tara”.
Según le dijo, la paliza había ocurrido horas antes y la abo- gada se dirigió al juzgado donde se encontraba la mujer dando su testimonio.
Quedó impactada por el es- tado de la joven: tenía un col- larín ortopédico, un codo dislocado, la cara casi desfig- urada, un ojo cerrado con un hematoma.
“¡Qué barbaridad. Cómo te pudo haber hecho eso!”, le preguntó.
El hombre era interrogado en otro cuarto, al cual la abogada también tuvo acceso.
“Alicia, tú sabes que yo no pude haber hecho eso“, la in- terpeló.
“Eso me estremeció”, re- cuerda.
cuito cerrado externas mostraban al hombre en- trando en la casa de dos pisos y saliendo poco después.
“Es el caso más maquiavélico con el que me he encontrado”, me dice desde España Alicia*, una abogada especializada en derecho penal.
De acuerdo al relato, la amiga y su novio se encontraban en el piso superior y cuando la clienta de Alicia bajó a abrir la puerta lo hizo sola.
La abogada recuerda que le contaron que al rato la amiga y su novio esucharon a la mujer gritar, bajaron para ver qué pasaba, la encontraron golpeada y se fueron los tres al hospital.
El personal médico activó el protocolo en ese tipo de casos y le avisó a la policía.
Tras ser dada de alta, fue de- rivada a un juzgado, donde presentó la denuncia.
La policía arrestó inmediata- mente a su expareja y una orden de alejamiento fue emi- tida.
“Era una pareja a la que había ayudado para que su sepa- ración fuese de mutuo acuerdo”, recuerda.
“Ella era una chica joven y muy preparada, que nunca logró superar la infidelidad de su pareja. A lo largo del pro- ceso, me pude dar cuenta de que había desarrollado un odio atroz en contra de él“.
“Un día me llamó y me contó
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El Directorio Comercial Latino de Montreal
   Edición 820 Del 24 al 30 de abril del 2019



























































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