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Quiero amar como Jesús
Tema 3
Ver
Ingresamos al salón como un rebaño
Personal de ovejas y toros. Piero, Simón, Pedro y
Néstor saltaron y gritaron como monos.
Social Alexia, Mía y Galilea derramaron agua
La convivencia en el piso del salón. Luciana y Rebeca
es el resultado ingresaron comiendo fruta. Fabrizio
de toda inte- saltaba por encima de las mesas.
El padre Juan no perdió la compostura
rrelación, jun- ante estos comportamientos, pero sí
tos en armonía puso remedio a la situación. Tras llamarnos la atención organizó
por un mismo tres grupos de trabajo. Cada grupo debía definir ciertas normas
fin. de convivencia y, tras presentarlas a los demás, todos juntos
debíamos aceptar un decálogo de convivencia para la preparación
catequística. Un decálogo de normas conductuales que todos
debían respetar bajo pena de ser sancionados y hasta expulsados
de la preparación. Me correspondió trabajar con Analí, Mariavida,
Piero, Néstor, Stephano y mi inseparable amigo Déreck. Hecha la
metodología señalada todos aprobamos el siguiente decálogo de
convivencia:
1. Ser puntual y justificar las ausencias.
2. Levantar la mano para hablar o para movernos del sitio.
Esperar a que se dé el turno de palabra sin interrumpir al que
Una perso- está en uso de ella.
na puntual 3. Trabajar en silencio, respetando el ambiente de trabajo.
siempre da la 4. Escuchar al padre y a los compañeros.
idea de res- 5. Sentarse correctamente.
ponsabilidad, 6. Hacer la fila correctamente, tanto a la entrada y salida de
clase como después de los recreos.
respeto y or- 7. Mantener el orden y limpieza.
ganización al 8. No traer juguetes, ni objetos que estén fuera del ámbito de
contrario de la catequesis.
la imagen que 9. No correr, ni gritar en el salón, ni en los pasillos.
da una perso- 10. No comer (tampoco chicle) ni beber en el salón, salvo
prescripción médica.
na impuntual. ¿Por qué es importante y hasta necesario este decálogo?
Preguntó Analí.
Necesitamos ceñirnos a ciertos límites para convivir mejor,
respondió el padre Juan.
continúa
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