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2    Describe con imaginación como fue tu primer día de clases.

















                          Ya en el salón de clases procedimos a la tradicional bienvenida,
                       que además de las palabras introductorias del profesor, incluía que
                       cada quien contase alguna anécdota de lo que había vivido durante
                       el tiempo de vacaciones.
                          —Con mis padres hemos ido al campo, a compartir unas
                       semanas con mis abuelos, que tienen allá una pequeña chacra. He
                       gozado montando un pequeño caballo y cada mañana mi mamá                    Puntualidad
                       me obligaba a beber leche fresca de vaca, cosa que no me gustaba            y respeto es
                       mucho, por su fuerte olor. Fue el testimonio de Pedro.                      el asistir con
                                                                           continúa
                                                                                                   el uniforme
                                                                                                     completo,
                                                                                                   ya que estás

              3    Con imaginación dibuja alguna anécdota que te haya ocurrido en el                siendo dis-
                                                                                                    ciplinado(a)
                   verano.
                                                                                                   cumpliendo
                                                                                                   con las nor-

                                                                                                  mas del cole-
                                                                                                   gio. Pero so-
                                                                                                   bretodo para
                                                                                                     tu propio
                                                                                                        bien.















                            Sí, todos, más una compañera nueva, que se agregaba
                         al grupo y no dejaba de mirar a todas partes. Vestía un
                         bien planchado uniforme escolar y unos lustrosos zapatos
                         negros. Recuerdo su mirada inocente, con su cabello
                         oscuro, además de unos lentes con montura color celeste.
                                                                            continúa




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