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BLANCO O CREMA                                  ROJO























                                                                                                  En la liturgia…
                           MORADO                                    VERDE
                                                                                                  El blanco ex-
                                                                                                   presa alegría
                                                                                                     y pureza.

                                                                                                  El rojo, sangre
                                                                                                     y el fuego.
                                                                                                    El morado,
                                                                                                   penitencia y
                                                                                                    austeridad.
                                                                                                   El verde, re-
                                                                                                   surgimiento
                                                                                                    a una vida
                                                                                                      nueva.
                                                                                                   El rosado es

                              Celebrar                                                              símbolo de
                                                                                                      alegría.
                                                                                                  El celeste alude
                                                                                                   a las fiestas
                           Y así, cada uno de                                                       marianas.
                        mis compañeros fue
                        expresando cosas que
                        nunca antes se atrevió a
                        compartir. Quizás no lo
                        sabíamos, pero era nuestra
                        experiencia de Dios en
                        aquellos hermosos años
                        de niñez y mocedad. Habíamos conversado tanto, es verdad, pero
                        dialogado poco, desde lo profundo. No es fácil desnudar el propio
                        corazón ante los demás y aquella vez lo hicimos y lloramos juntos
                        con motivo de una carta de Doña Margot, la que casi de inmediato
                        fue respondida por nuestro querido profesor.



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