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Actuar

Salimos contentos a em-
prender la faena, comanda-
dos por el profesor. Frente al
Es necesario basural sentimos inicialmen-
hoy en día te asco y repugnancia, pero
de hablar de supimos superarlo. Algunas
bolsas estaban bien cerradas
conciencia y era fácil recogerlas y echar-
ecológica y las en las grandes bolsas
esto sucede negras, pero otras estaban
rotas y era menester barrer y recoger la basura desparramada. Lo
cuando las curioso fue que muchos vecinos, al vernos en aquella diligencia, sa-

personas se lieron de sus casas y trabajaron con nosotros. Al cabo de una hora
preocupan de trabajo, la labor estaba concluida. Habíamos llenado diez bolsas
por respetar negras con todos los desechos. Hicimos una colecta con la cual paga-
mos a un hombre para que se llevara en su carretilla todas las bolsas
el medio am- y las dejase en un lugar apropiado.
biente. Cuando volvimos al salón de clases aún restaba media hora antes
de ir a casa. Nos dijo el profesor Rudy:
– Los felicito, queridos niños, hoy han hecho un verdadero servicio
de compromiso social.
– ¿Qué es eso?, preguntó Camila.
– Compromiso social es la responsabilidad social que desarrolla
una persona o un grupo hacia su comunidad y que se traduce en
una búsqueda voluntaria del bienestar general por encima del
bien particular. Teníamos un problema que afectaba al colegio y al
vecindario y voluntariamente lo hemos superado para el bienestar
¿Co- de todos nosotros.
noces – Todos somos responsables de cuidar el medio ambiente,

cuáles aseveró Stephano.
– Cuando éramos muy pequeños hicimos destrozos en el jardín
son los y aquella vez la señorita Carla nos enseñó que debemos cuidar con
organismos cariño las cosas que Dios ha creado. No maltratar nunca la creación.
que velan por Nos dijo que, si tenemos un jardín en casa, debemos cuidarlo con
cariño. Si tenemos una mascota, debemos quererla y no maltratarla
el cuidado del nunca, recordó Gabriel.
medio am- – Por eso yo cuido con mucho cariño a mi querida gatita Kitty, que
biente? ya cumplió seis años de vida, dijo Rebeca.
– Y recuerden, niños, agregó el profesor, que el pecado se parece
a un basural. Un basural que huele muy feo y contamina. Atrévanse a
transformar el mundo a fuerza de bien, como lo hizo Jesús.

continúa

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