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De la mano con Jesús

Tema 1

Ver

El verano corrió como una estrella fugaz y su fin llegó, pero antes nos
trajo la alegre noticia del ingreso a la universidad de mi hermana Susana,
que deseaba estudiar Derecho. Pero para mí significaba el inicio de un nuevo
año escolar. Ahora, con mis compañeros de clase, ocupábamos en el patio
el lugar reservado para los niños del quinto grado. Esta vez no había
compañeros nuevos, estábamos los mismos del año anterior, todos un
poquito más crecidos y con la confianza propia de amigos que ya se conocen
entre sí. Allí estaba mi buen amigo, Déreck, que mostraba una mochila nueva.
También estaban Doménico, Stephano, Néstor, Piero y los demás varones.
A,B,C Camila lucía un uniforme impecablemente limpio, mientras Luciana y Rebeca
Reojo bromeaban entre sí. Más atrás pude distinguir a Mariavida, a quien solía mirar
de reojo y cuya cercanía a veces me ponía un poquito nervioso. Delante de
Mirar con todos nosotros se hallaba un nuevo profesor. De aspecto bonachón, la cara
disimulo. bien rasurada y lentes finos en los ojos. Nos imponía silencio y nos pedía
mantener la buena postura durante la formación.
Ya en el salón procedió a presentarse ante
nosotros, como en su oportunidad lo hicieran la
señorita Carla y el profesor César.
- Buenos días, niños, soy el profesor Rudy
Castro. Trabajo en este plantel desde hace diez
años y ahora me han encomendado la tarea de
acompañarlos durante esta etapa que ustedes
están viviendo. Los iré conociendo poco a poco y
espero que lleguemos a ser muy buenos amigos.
Un fuerte aplauso premió las palabras del profesor
Rudy, no hubo un mal comportamiento. “Quizás hemos
A medida que madurado un poco”, pensé. Enseguida nos dictó el que sería nuestro horario
crezcas irás académico. Todos los días tendríamos dos horas de matemáticas recién
estudiando empezando las clases. Se añadían las áreas de, Historia y Ciencias. Educación
artística, Educación Física y Religión ocupaban bloques de dos horas.
más materias Jamás podría olvidar la dinámica de convivencia que el profesor Rudy
como Física, nos aplicó aquel día. Primero nos hizo sentar en un gran círculo con solo un
lápiz en mano. Nos entregó a cada uno una hoja de papel en blanco donde
Química, Bio- escribimos nuestro nombre. Enseguida él daba la señal y pasábamos nuestra
logía e irás hoja al compañero que estaba a la derecha por un minuto. Éste, sin escribir

cultivando tus su nombre, debía anotar las cosas buenas y no buenas que veía
en el dueño de la hoja. Pasado el minuto de tiempo se daba otra
habilidades señal y las hojas seguían moviéndose hacia la derecha. Después
para mayores de un buen tiempo cada uno recibía su hoja respectiva con las
observaciones anónimas de todos los compañeros. Al recibir la
cosas. mía he de reconocer que no quedé muy satisfecho. ¿Soberbia
mía? Quizás. Me decían que era buen amigo, respetuoso,
ordenado, pero debía esforzarme por ser más sociable, menos
engreído, más comprometido, más pícaro, más osado y un largo
etcétera. En ese momento desde mis entrañas hubiera deseado
cambiar, pero de amigos, claro está.
continúa

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