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—Señorita, –dijo Alexia–, yo sabía que todo iba a salir bien.
El año pasado tuve una situación parecida con mi mamita que
se enfermó de apendicitis, y yo recé a Jesús en la capilla por
ella y el Señor escuchó mi oración.
—Sí, lo recuerdo muy bien –dijo la maestra–. Les quedo
muy agradecida, porque no solo han orado con fe sino que
también han sido insistentes en la oración. Y Dios los ha
escuchado.
—¿Qué significa “insistentes en la oración”? –preguntó
Ciencia y Miranda.
Tecnología —Una vez –respondió la maestra Carla–, Jesús contó esta
Apendicitis: historia a sus discípulos: “Un hombre recibió muy de noche
es una la visita de un amigo y no teniendo nada para ofrecerle,
inflamación del fue donde su vecino a pedirle un trozo de pan. El
hombre tocaba la puerta, pero el vecino no quería
apéndice. levantarse para atenderlo, porque era ya muy de
Se previene noche, sus niños dormían e iba ser muy incómodo
alimentándose para todos. Sin embargo, el hombre seguía y seguía
de forma tocando la puerta. Al final el vecino, a fin de que no
balanceada, le siguiera molestando, se levantó y le regaló el pan
que necesitaba”. Con esta historia Jesús nos enseñó
comiendo que nuestra oración, además de sencilla, debe ser
verduras insistente. Pidan con insistencia y el Padre les dará
y frutas ya lo que necesitan, nos enseñó el Señor.
que facilitan Esta anécdota con final feliz me enseñó algo
el proceso que hasta entonces no sabía. “La perseverancia
digestivo. lo alcanza todo”, me decía mi mamá y comprendí que
esto también se aplica a la oración confiada y, sobre todo,
insistente.
“Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la
puerta y les abrirán”. Lucas 11, 9
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A Jesús por María
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