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2. La fe como llamada al seguimiento

El relato que hemos analizado nos ha permitido situarnos ante la actualidad de
La fe es un acto personal: la res-
puesta libre del hombre a la ini- la llamada de Jesús, que nos lleva a su seguimiento. Ahora analizaremos la fe
ciativa de Dios que se revela. […] como experiencia de un encuentro personal, como integración en una comunidad,
como cambio de vida y exigencia de compromiso y como estilo de vida.
Catecismo Iglesia Católica, N.° 166

2.1. La fe como experiencia de un encuentro personal

Para que se produzca un encuentro entre dos personas es necesario que
éstas se busquen y que entre ellas se establezca una comunicación. Lo mismo
nos ocurre en el ámbito de la fe.
El encuentro personal con Jesucristo es el fundamento de la fe cristiana.
Él se da a conocer, toma la iniciativa, sale al encuentro, se hace presente.
Y el ser humano responde libremente a esa llamada.
¿Cómo es posible el encuentro con Jesucristo? En primer lugar a través de
la oración y los sacramentos:
— Oración. Hemos visto en el relato de Emaús cómo el diálogo y la comu-
nicación son posibles. La fe se fundamenta en esta comunicación. La ora-
ción es el encuentro personal del ser humano con Dios. Te ofrecemos una
interesante definición de oración:

Orar es tratar de amistad, estando muchas veces, tratando a solas, con quien
sabemos nos ama.

Santa Teresa de Jesús

Por medio de la oración nos comunicamos con Jesús. Este contacto personal
no solo es admiración, sino que también permite orientar la vida hacia Él.
Esta opción por Jesús supone un cambio de mentalidad ante los diferentes
aspectos de la vida y de actuación a la hora de tomar decisiones.
— Este encuentro tiene una especial fuerza en los sacramentos, sobre todo en
la Eucaristía. Se trata de un encuentro que acerca a Cristo y permite una co-
municación más plena con Él. Es también una ayuda en la vida del cristiano.
Tomemos un ejemplo. El carbón y el diamante tienen la misma naturaleza
química. El carbón no deja pasar la luz y se ve de color negro. El diamante,
en cambio, deja que la luz brille en él. Del mismo modo los sacramentos
adquieren una condición tal que transparentan especialmente a Cristo y
son puerta de acceso al encuentro con Él.
Mediante los sacramentos el cristiano celebra la presencia de Jesús y recibe
su fuerza y su ayuda.

Los sacramentos, como fuerzas que brotan del Cuerpo de Cristo siempre
Creer significa una decisión mía vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo
en que me juego la existencia. que es la Iglesia, son las obras maestras de Dios en la nueva y eterna alianza.

Karl Rahner Catecismo Iglesia Católica, N.° 1 116

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